En el capítulo 320 de Sueños de libertad, previsto para el martes 3 de junio, los cimientos del pasado tiemblan y el presente estalla en una tormenta de sospechas, traiciones y decisiones que no tienen vuelta atrás. La muerte de Jesús, lejos de disiparse en el silencio, resurge como un grito de justicia que atraviesa a todos los personajes, y el sargento Pontón está decidido a llegar hasta el final, aunque tenga que destruir vidas por el camino.
Pontón ha dejado de creer en la versión oficial del suicidio. La hipótesis de que Jesús fue asesinado cobra cada vez más fuerza, y con ella, los nombres de Andrés y Begoña empiezan a tomar un lugar inquietante en la lista de sospechosos. Con cada interrogatorio, con cada conversación, el sargento va reconstruyendo lo que ocurrió aquella fatídica noche en casa de los De la Reina. Ahora es Manuela quien se enfrenta a sus preguntas, atrapada entre la lealtad y la verdad.
Pero en esta búsqueda implacable de justicia, emerge una voz inesperada: la de Damián. A pesar del dolor por la pérdida de su hijo, el patriarca no cree que Andrés o Begoña tengan sangre en las manos. Para él, el verdadero culpable es Don Pedro, y aunque aún no tiene pruebas contundentes, los indicios son demasiados como para ignorarlos. Damián comparte sus sospechas con Pontón, abriendo así una nueva línea de investigación que apunta directamente al empresario… justo cuando este está inmerso en los preparativos de su inminente boda con Digna.
Don Pedro, astuto y siempre calculador, comunica a Tasio y Joaquín su decisión de dejar la empresa bajo el mando exclusivo de Joaquín durante su luna de miel. Esta elección no solo refuerza su autoridad, sino que también vuelve a humillar a Tasio, quien se siente cada vez más desplazado y resentido.
En paralelo, Damián intenta impulsar el futuro de Cristina entregando su currículum a Luis para que trabaje como ayudante en el laboratorio. Pero Luis, con dudas evidentes, no se muestra convencido de que sea buena idea, lo que añade tensión a su relación con su tío.
Mientras tanto, el dolor sentimental también golpea: Raúl, devastado, confiesa a Manuela que María ha roto con él. Pero lo que más le duele no es la ruptura, sino la revelación de que para ella su relación no significó nada. Un simple juego. Un entretenimiento cruel.
La verdad empieza a emerger en otras esferas: Pontón logra desmontar la teoría de que Pedro esté detrás de la denuncia anónima contra Begoña. La llamada fue realizada por una mujer. Y todo parece indicar que fue María. Esa misma revelación se convierte en un golpe brutal para Andrés, quien al enterarse, no duda más. Toma una decisión definitiva respecto a su relación con María. Una ruptura sin retorno. Un corte limpio, aunque sangrante.
Mientras tanto, Begoña vive consumida por el miedo. Cada paso, cada golpe en la puerta podría ser el momento en que la Guardia Civil venga a buscarla. Su angustia la desborda y encuentra en Luz un refugio emocional, aunque sabe que ni el consuelo ni el amor podrán salvarla si todo se derrumba.
La tensión sigue escalando. Damián, decidido a encontrar justicia, empieza a sembrar dudas también en Pontón, quien decide acercarse a Don Pedro. La incomodidad del empresario es evidente. Su fachada de serenidad se quiebra cuando Digna aparece de manera inesperada en medio del interrogatorio. La reacción de Pedro no pasa desapercibida para nadie. Sabe que el círculo se cierra.
La siguiente jugada del sargento es clara: encontrar a Górriz, una figura clave que podría hacer tambalear el frágil castillo de mentiras. Pero mientras avanza la investigación, hay quienes siguen luchando por el bien. Tras una conversación con Marta y Fina, Doña Clara sorprende a todos al decidir financiar la contratación de personal en la Casa Cuna de la colonia, un gesto que conmueve profundamente a Luz y Claudia.
Pero no todo son buenas noticias. Digna, cada vez más atormentada, empieza a plantearse seriamente cancelar su boda con Pedro. La presión, las dudas, y el desconcierto la abruman, y su frágil estado emocional comienza a preocupar a toda su familia. Algo en ella ha cambiado, y sus decisiones podrían arrastrar a muchos más.
En un nuevo giro, Damián informa a Andrés y Begoña que siguen siendo los principales sospechosos. La presión es insoportable. Digna, al límite, está dispuesta a confesar todo lo que sabe, y Pedro lo sabe. Por primera vez, el empresario comienza a temer las consecuencias reales de sus actos. Su fachada de poder y control se resquebraja. Irene, ajena aún al verdadero rostro de su hermano, le advierte: si Digna habla, ambos podrían caer como cómplices. Lo que no sabe es que la verdad está mucho más cerca… y es Pedro quien la encarna.
En este ambiente asfixiante, estallan nuevas rupturas. Marta y Pelayo discuten fuertemente. Él teme que, si se reabre el caso y detienen a Andrés o Begoña, su sueño político quede en ruinas. Marta, decepcionada, le reprocha su cobardía. Él se plantea marcharse a Madrid. Ella lucha por quedarse. Dos visiones enfrentadas en medio de una tormenta.
Y en medio de todo, la traición más dolorosa: la de María. Cuando Andrés descubre que fue ella quien denunció a Begoña ante la Guardia Civil, no lo duda más. El amor que pudo haber existido muere en ese instante. Andrés toma una drástica decisión respecto a María. No hay marcha atrás. No hay segundas oportunidades.
Así, entre secretos que salen a la luz, amores que se rompen, decisiones que marcan destinos y una investigación que amenaza con ponerlo todo patas arriba, Sueños de libertad entra en una nueva etapa. Más oscura. Más intensa. Más devastadora.
El martes 3 de junio, el capítulo 320 promete ser un huracán emocional… y nadie saldrá ileso.