Los días de manipulación de Cruz Luján están contados. En el próximo episodio de La Promesa, la marquesa urde un plan para asegurar la estabilidad financiera de su familia, pero lo que no espera es que Jacobo, el prometido de Martina, la enfrente de la manera más humillante posible.
El gran engaño de Cruz
Después de utilizar a Martina como una simple herramienta para conseguir dinero, Cruz decide que Jacobo es la siguiente pieza clave en su estrategia. Con la excusa de fortalecer los lazos familiares, organiza una lujosa cena en La Promesa, invitando a nobles y criados por igual. Sin embargo, su verdadero objetivo es mucho más oscuro: manipular a Jacobo para que firme unos documentos que lo comprometan económicamente con la familia Luján.
Sin ningún tipo de escrúpulos, la marquesa ordena adulterar las copas de Jacobo y Martina con una sustancia que los hará más vulnerables. Mientras la velada avanza entre conversaciones triviales y falsas sonrisas, Cruz presenta un supuesto contrato de inversión para “salvar” la finca. Jacobo, con la mente nublada por el vino, está a punto de firmar, y Martina, aunque duda, siente que no tiene más opción.
Jacobo abre los ojos y desenmascara a Cruz
Pero en el último instante, Jacobo recupera la lucidez. Algo en el documento le llama la atención, y al leerlo con más atención, se da cuenta del engaño: el contrato estaba diseñado para dejar a Martina en la ruina, transfiriendo casi todos sus bienes a la familia Luján sin garantías de recuperación.
En un gesto de furia, Jacobo se pone de pie y rasga el documento frente a todos.
“¡Esto es una trampa!” grita, dejando a los invitados en un absoluto silencio.
Martina, todavía confundida, lo mira con incredulidad.
“Martina, este contrato te obligaba a entregar tu fortuna a Cruz sin ninguna garantía de retorno. Te habría dejado sin nada.”
Los murmullos comienzan a extenderse por el salón, y las miradas se dirigen a Cruz, quien, por primera vez, se ve superada por la situación. Martina, con la voz cargada de ira, la enfrenta:
“¿Es cierto esto, Cruz? ¿Otra vez intentaste engañarme?”
La marquesa intenta justificarse, pero su silencio la delata. Jacobo, con el rostro lleno de desprecio, sentencia:
“Se acabó. Ya no puedes seguir manipulándonos. Martina ya no es la joven ingenua que creía en cada una de tus palabras.”
Martina, con una mirada llena de determinación, se cruza de brazos y declara:
“Debería haberme alejado de ti antes, pero ahora, por fin, soy libre.”