Marta está vestida de novia, pero en el fondo, ¿espera a su verdadero amor para que la detenga? Mientras tanto, Fina lucha con el dolor de la inminente boda, incapaz de ignorar lo que siente. En una conversación intensa con Claudia, esta intenta hacerla reaccionar, pero Fina se aferra a la idea de que lo mejor para Marta es seguir adelante sin ella.
Claudia menciona la iglesia, insinuando que, en el fondo, Fina no quiere perderse la ceremonia. Pero Fina lo rechaza de inmediato, convencida de que no puede soportar ver a Marta casarse con otra persona. Claudia, sin embargo, le dice algo que la deja sin palabras: “Tú eres la verdadera novia, aunque nadie más lo sepa.”
Aún así, Fina cree que su presencia solo le causaría más dolor a Marta. Pero Claudia no se rinde y le propone algo inesperado: “Ve a verla a su casa antes de la boda.” Por un instante, Fina duda, sintiendo el peso de cada posibilidad. Pero de inmediato se resiste. Cree que Marta necesita olvidarla, al menos por unas horas, para seguir adelante.
Sin embargo, Claudia la desafía con una pregunta que lo cambia todo: “¿Y si Marta en realidad está esperando una señal, a su verdadero amor, para que la detenga antes de que sea demasiado tarde?”
El dilema golpea fuerte a Fina. Se siente abrumada, sin saber qué hacer. Se recuesta en la cama, con la mirada perdida en unas flores a su lado, recuerdos de su padre que hacen aún más pesado su corazón. ¿Se atreverá Fina a dar el paso antes de que sera demasiado tarde?