En el capítulo 284 de Sueños de Libertad, las tensiones familiares alcanzan un nuevo punto de ebullición cuando Damián confronta a Pelayo tras una visita inesperada que ha encendido todas las alarmas. La situación comienza con la llegada de Darío Guzmán a la casa de los Gómez de la Serna, alguien que, según Pelayo, es solo un viejo amigo de la universidad. Sin embargo, Damián no está dispuesto a aceptar esa versión tan fácilmente.
Con tono firme y mirada inquisitiva, Damián exige una explicación. ¿Por qué Darío apareció de repente? ¿Qué hacía poniendo música en el tocadiscos como si fuera parte de la familia? Pelayo, nervioso, intenta restar importancia al asunto, pero sus evasivas solo despiertan más sospechas. Damián, cada vez más directo, plantea la verdadera pregunta: “¿Hasta dónde ha llegado esta visita de cortesía?”
La tensión sube cuando Damián le exige a Pelayo que corte toda relación con Darío, recordándole que Marta ha tenido que sacrificar amistades y relaciones personales por el bien de la familia. No habrá excepciones. Pelayo, dolido, le recuerda que su matrimonio es una farsa, pero Damián no cede. El apellido y la reputación de la familia están por encima de todo.
Finalmente, Pelayo acepta que no volverá a ocurrir. Damián, satisfecho, cambia de tema: ha organizado una cena con el gobernador civil, y espera que Pelayo se luzca… con Marta a su lado como la esposa ejemplar. Pero antes de salir, lanza una última advertencia: cualquier error, cualquier escándalo, también arrastra a Marta. Y eso, jura, no lo permitirá.