El episodio más sobrecogedor de La Promesa llega cargado de tensión, revelaciones y una amenaza mortal. Curro, aún recuperándose del accidente del picnic, realiza un descubrimiento estremecedor: las cinchas de su silla fueron saboteadas a propósito. Lo que parecía un desafortunado percance se convierte en una pesadilla premeditada. Atormentado por la verdad, se enfrenta al miedo y al dolor con una sola misión: descubrir al culpable. Y lo logra… pero el nombre que pronuncia deja a Pía helada: ¡Lorenzo!
Mientras Curro y Pía debaten cómo actuar frente a esta peligrosa verdad, Lorenzo aparece inesperadamente con su arrogancia habitual, dejando claro que hará todo lo posible por mantener su poder. Curro, sabiendo que está siendo observado, simula un desmayo frente a todos como parte de un arriesgado plan para ganar tiempo y desvelar la red de traición que lo rodea.
Pero la noche cae sobre el palacio, y con ella, el peligro se intensifica. En la penumbra, una figura se desliza sigilosamente por los pasillos. Leocadia, envuelta en un manto oscuro, avanza con decisión llevando un revólver oculto entre sus manos. Su objetivo está claro: silenciar a Curro para siempre. Lo que ignora es que no es la única en movimiento. Petra y Lorenzo también se encaminan hacia la misma habitación, cada uno movido por oscuros propósitos.
Dentro del cuarto, Curro permanece acostado, fingiendo dormir. Su corazón late con fuerza, su respiración es calma, pero sus sentidos están alerta. Sabe que esta noche podría marcar el final… o el inicio de su venganza. El reloj marca las 3:00 a. m. cuando la puerta se abre lentamente. Una sombra se desliza hasta su cama, el metal de un arma reluce bajo la tenue luz. El dedo se acerca al gatillo…
Pero justo cuando la tragedia parecía inevitable, una voz firme ordena detenerse. Las luces se encienden de golpe y en el umbral aparecen Alonso y varios testigos, desatando un giro inesperado que cambiará el destino de todos en La Promesa.
Una noche de terror que desvela la verdadera cara del enemigo. ¿Será este el principio del fin para Leocadia y Lorenzo? ¿O el inicio de un juego aún más peligroso? El tiempo corre… y La Promesa arde.