En Sueños de Libertad, las apariencias ya no engañan a todos… o al menos no a Andrés. En el capítulo 292, se produce una conversación clave entre él y Don Damián que puede marcar un nuevo rumbo para la familia Merino y desenmascarar por fin a uno de los hombres más enigmáticos y peligrosos de toda la trama: Pedro.
Todo comienza en una tarde aparentemente tranquila, pero cargada de tensión soterrada. Andrés se encuentra con Damián en la casa familiar. Ambos saben que el tiempo apremia y que hay que actuar con inteligencia si quieren proteger lo que queda de la familia. El nombre de Pedro flota entre ellos como una sombra: un hombre con una sonrisa perfecta, modales impecables… y muchas maniobras ocultas.
Andrés, con la mirada llena de dudas, le pregunta a Damián si el antiguo socio de Pedro ha regresado al pueblo. La respuesta no se hace esperar: sí, Solís ha vuelto. Y no con intenciones amistosas. Según le cuenta Damián, Solís está convencido de que Pedro lo traicionó. Cuando vendió su parte de la empresa creyó que había cerrado un trato justo, pero con el tiempo descubrió que todo había sido una trampa bien armada. Pedro, desde las sombras, lo fue despojando de poder y patrimonio con astucia y manipulación.
Damián añade que, aunque Pedro mantiene una imagen intachable, esa fachada no es más que una máscara para ocultar su verdadera naturaleza. Lo más inquietante es que Solís no está solo en sus sospechas: Damián también tiene razones para creer que Pedro está jugando sucio con los Merino. De hecho, recuerda con claridad cómo Joaquín fue apartado de la presidencia de la empresa… justo cuando Pedro se posicionó para tomar el control. No fue coincidencia.
Más aún: Pedro, aparentemente, filtró información falsa sobre una supuesta detención policial para forzar a los Merino a vender sus acciones, presionándolos emocional y económicamente. Una estrategia tan cruel como efectiva.
Damián, decidido a actuar, le pide a Andrés que vigile a Pedro. Que no pierda detalle de sus movimientos, que investigue sus antecedentes y cada paso que dé. Pero entonces ocurre lo inesperado: Andrés acepta… pero con condiciones.
Con una mezcla de firmeza y honestidad, Andrés le aclara a Damián que está dispuesto a descubrir la verdad, pero no está dispuesto a perder sus principios en el proceso. No quiere convertirse en otro Pedro. No quiere usar la traición para combatir la traición. Si va a meterse en este terreno resbaladizo, será con la cabeza alta y la conciencia limpia.
Damián, en un primer momento, no lo entiende del todo. Cree que el fin justifica los medios. Pero Andrés, con calma, insiste: “Yo también quiero justicia, pero no a cualquier precio.” Es un momento poderoso que revela el tipo de hombre que es Andrés. Y quizás, también, la clase de liderazgo que necesita la familia Merino en esta etapa tan oscura.
Finalmente, Andrés se compromete a visitar al día siguiente la Cámara de Comercio. Quiere revisar documentos, buscar inconsistencias, y encontrar pruebas sólidas sobre Pedro. Su estrategia será clara: dejar que la verdad hable por sí sola.
La conversación, sin embargo, no termina ahí. Justo cuando parece que se han dicho todo, sale a flote otro tema doloroso: Luis. Andrés pregunta por él con preocupación. Damián le explica que no lo encontraron en el hospital porque lo habían trasladado para hacerle unas pruebas. Andrés se molesta —y con razón— porque nadie le avisó. Viajar hasta Madrid para ver a Luis y no poder hacerlo lo deja dolido.
El ambiente se tensa. Andrés no entiende por qué lo dejaron fuera de algo tan importante. Damián intenta justificarse. Le dice que hubo un problema con Joaquín. Pero al tocar ese nombre, el silencio se vuelve más denso. Andrés, intrigado, pregunta qué pasó. Damián revela a medias que Joaquín tuvo una pelea con Jesús, pero no da más detalles. Lo que sí queda claro es que hay algo más profundo y oscuro detrás de todo esto… y que Pedro no es el único que podría estar escondiendo secretos.
Este episodio pone en marcha una nueva etapa en la historia. Andrés, un personaje guiado por la ética, se adentra en las sombras de Pedro, dispuesto a encontrar la verdad sin ensuciarse las manos. Damián, cada vez más decidido a proteger lo que queda de su familia, apuesta por esta vía de investigación mientras las tensiones internas entre los Merino continúan creciendo.
¿Hasta dónde llegará Andrés? ¿Podrá descubrir los secretos de Pedro sin perderse en el camino? ¿Y qué papel jugarán Joaquín, Jesús y los fantasmas del pasado en esta guerra silenciosa que apenas comienza?
Una cosa es segura: en Sueños de Libertad, los valores están a prueba. Y Andrés acaba de elegir el camino más difícil… pero también el más digno.