En el intenso episodio 292 de Sueños de Libertad, los conflictos personales y empresariales alcanzan un punto crítico. El capítulo comienza con una escena conmovedora en el hospital: Luz, velando a Luis mientras aún duerme, sufre una pesadilla en la que teme perderlo para siempre. Al despertar, angustiada y entre lágrimas, le susurra lo mucho que lo ha echado de menos y que no sabría cómo seguir si le ocurriera algo.
Para su alivio, Luis comienza a despertar lentamente, aunque algo confundido. Luz le explica que sufrió un colapso, fue operado de urgencia y ahora están en un hospital de Madrid. En ese momento, Digna y Joaquín entran en la habitación. Digna, emocionalmente abrumada, le pregunta con la voz temblorosa cómo se siente. Luis intenta aligerar el momento con humor, pero todos perciben la gravedad de lo vivido.
Aunque Luis intenta mostrarse fuerte, su cuerpo sigue débil. Habla de regresar a casa y pregunta por Gema. Joaquín le explica que ella prefirió no venir para no incomodarlo, aunque fue quien insistió en que lo cuidaran. La conversación da un giro cuando Luis menciona que puede oler el perfume de su madre, y todos se dan cuenta con asombro: ha recuperado el olfato, señal de una mejora inesperada.
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, María visita a Don Pedro. Él la recibe con cortesía, agradeciéndole que haya asistido a la importante votación empresarial, pero María va directo al grano: necesita que resuelvan su situación matrimonial. El proyecto económico en juego se ha mezclado peligrosamente con su vida personal, y tanto su esposo como su suegro la presionan para votar en contra.
Don Pedro mantiene su tono autoritario y condescendiente. Aunque promete hablar con el Monseñor para gestionar la nulidad matrimonial, también le lanza una advertencia helada: “No olvides quién tiene el control.” Si María no coopera, él dejará de ayudarla. La amenaza es clara: o vota a favor del proyecto, o pierde el apoyo político y religioso que necesita para liberarse de su matrimonio impuesto.
De vuelta en el hospital, el doctor Herrera informa que Luis evoluciona favorablemente, aunque aún debe tomarse las cosas con calma. Luz lo apoya y, en un momento íntimo, él confiesa que ha recaído en su adicción al éter. Luz lo mira con compasión y le promete que también celebrarán su lucha personal por salir adelante.
Poco después, en la sede de la empresa, el Consejo se reúne para la votación clave sobre la propuesta de entrar al mercado estadounidense. Joaquín anuncia la mejoría de Luis, lo que alivia a algunos presentes, especialmente a Damián. Se lleva a cabo la votación: la familia Reina vota en contra, pero el resto de los consejeros la apoyan. El voto decisivo queda en manos de María.
Todos los ojos están sobre ella. María respira hondo. Sabe lo que está en juego. Tras un breve pero intenso silencio, vota a favor. En ese instante, la cara de Damián se transforma: se siente traicionado, herido, humillado.
La escena final del episodio no baja la intensidad. En casa, María se encuentra con Andrés y Damián, quienes la confrontan. Andrés pregunta si venía de la colonia, pero ella responde que estaba celebrando el éxito de la votación. Damián, furioso, la acusa de traición. María, sin ceder, explica que actuó por el bien de la empresa y siguiendo el criterio de alguien que verdaderamente entiende de negocios: Don Pedro.
Damián no acepta su justificación y grita que todo lo que ha hecho es por Julia, su hermana fallecida. Pero María le responde con firmeza: “Jesús también confiaba en mí, y esto es lo que él habría hecho.” En ese momento, Andrés interviene para confirmar que, efectivamente, la propuesta de inversión americana era idea de Jesús.
Con dignidad y sin perder el control, María deja claro que no está allí para complacer a nadie. Ha tomado una decisión basada en sus principios, en su inteligencia y en su compromiso con el futuro de la empresa. El capítulo termina con un ambiente cargado de tensión, decepción y revelaciones que cambiarán el rumbo de muchos personajes.
Resumen de puntos clave:
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Luis se recupera, y su mejoría física se ve reflejada en la recuperación de su olfato.
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Don Pedro manipula a María, presionándola con su matrimonio a cambio de su voto favorable.
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María vota a favor del proyecto, rompiendo la alianza familiar y enfrentándose a Andrés y Damián.
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El legado de Jesús influye decisivamente en su elección.
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Damián se siente traicionado, pero María demuestra que ya no es una mujer manipulable.
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La línea entre lo personal y lo empresarial se difumina, dejando heridas profundas.
Conclusión:
Este capítulo muestra una María más fuerte, autónoma y decidida. La tensión entre lealtad familiar y ambición personal alcanza su punto más alto. El enfrentamiento con Damián marca un antes y un después, mientras el futuro de la empresa –y el destino emocional de muchos personajes– queda en manos de decisiones que ya no se pueden revertir.