En el próximo y estremecedor capítulo de La Promesa, el misterio en torno a la muerte de Jana comienza a desmoronarse tras un giro crucial: Pía y Curro visitan en secreto a un experto en sustancias peligrosas, con la esperanza de obtener pruebas definitivas que confirmen sus sospechas. Sin embargo, lo que parecía ser una reunión reveladora se convierte en un encuentro lleno de desconfianza y tensión.
El especialista, lejos de mostrarse colaborativo, adopta una actitud evasiva y fría, lo que pone a Pía en alerta. Sus respuestas ambiguas y su mirada inquisitiva sugieren que sabía más de lo que decía, como si ya estuviera al tanto de la historia antes de que ella hablara. Esa impresión se intensifica cuando Curro, reunido luego con Pía en su lugar secreto habitual dentro del palacio, revela un detalle inquietante: el experto conocía a Petra y dio a entender que ya habían tenido “negocios” antes. Ese pequeño pero impactante dato cambia todo.
Pía y Curro atan cabos rápidamente. Petra no solo tenía acceso a los medicamentos y al espacio de tratamiento de Jana, sino que también sabía cómo manipular las dosis. Pía, conteniendo la rabia, lo dice claramente: “Fue ella. Petra saboteó el tratamiento de Jana. Petra mató a Jana.” Pero lo que realmente hiela la sangre es que no lo hizo sola.
Curro lo sabe. Alguien con poder y motivaciones personales estaba detrás de Petra. Todo apunta a Cruz, pero Pía no está tan segura. Las recientes actitudes y movimientos de Leocadia hacen que se despierte una nueva y más oscura sospecha. Su creciente control sobre el personal, su cercanía al doctor Gamarra y su influencia oculta en la dinámica del palacio la convierten en una nueva figura peligrosa. ¿Y si ha sido ella todo este tiempo? ¿Y si Leocadia fue la mente detrás del asesinato de Jana?
Mientras esta conversación tiene lugar, Petra escucha desde la oscuridad, escondida tras una columna. Al entender que están muy cerca de descubrir la verdad, se llena de pánico. Esa misma noche, decide huir. Entra en su habitación, empaca con manos temblorosas, oculta dinero, y se convence a sí misma: “No me voy a dejar arrastrar. No pagaré por esto.”
Lo que Petra ignora es que alguien más ya ha notado su ausencia. En la cocina, Simona y Lóe perciben que algo no está bien. El silencio, la falta de órdenes, la sensación de frío y sombra… Todo huele a tragedia inminente. Incluso Ángela, la hija de Leocadia, escucha desde un pasillo la conversación de los criados y siente una punzada de inquietud al oír el nombre de Jana.
Petra, decidida a huir, se dirige a la salida trasera del palacio. Su maleta en mano, su cuerpo tembloroso… pero antes de que pueda cruzar la puerta, el sonido de un caballo la detiene. El sargento Burdina ha llegado.
Sin dejarle tiempo a reaccionar, la apunta con una mirada fría y autoritaria:
“Queda detenida por sabotaje, falsificación de registros médicos y obstrucción a la justicia.”
Petra intenta negarlo, balbucea excusas, pero Burdina tiene pruebas: rastros de la sustancia en su habitación, testimonios de criados que la vieron merodear los frascos de Jana. Petra, aterrada, intenta escapar, pero el sargento dispara al aire, alertando a todo el palacio.
Curro y Pía escuchan el disparo. Saben lo que ha pasado. Petra ha sido capturada. Las luces se encienden, los gritos se elevan, los rostros se asoman por las ventanas. La primera ficha del dominó ha caído.
Petra, de rodillas, llorando, rompe el silencio:
“¡Yo no fui la única! ¡Solo obedecía órdenes!”
Burdina responde con voz firme:
“Entonces tendrás la oportunidad de contarlo ante el juez.”
Mientras es esposada y llevada por la guardia, el rostro de Leocadia permanece ausente… por ahora. Pero Pía y Curro saben que Petra es solo el principio. La verdadera batalla está por comenzar.
Resumen de revelaciones clave:
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Pía y Curro descubren que Petra estaba vinculada directamente al especialista en sustancias.
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Petra escucha la conversación en secreto y entra en pánico, planificando su huida.
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Leocadia la confronta, y revela que ella la controlaba desde las sombras.
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Petra intenta escapar, pero Burdina la detiene antes de que lo logre.
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Se revela que hay pruebas sólidas que la incriminan: sustancias, testigos, manipulación médica.
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Petra confiesa parcialmente y deja claro que ella no actuó sola.
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El palacio reacciona al escándalo. La promesa entera está a punto de sacudirse hasta sus cimientos.
Conclusión:
Este impactante episodio marca un antes y un después en La Promesa. La caída de Petra es solo el inicio de una cascada de verdades largamente enterradas. Mientras Pía y Curro se acercan más que nunca al núcleo de la conspiración, Leocadia se prepara para defender su imperio de mentiras. Pero ya nada volverá a ser igual: Jana está más cerca que nunca de obtener justicia.