En este capítulo de Sueños de Libertad, la esperada junta directiva para votar el ambicioso proyecto de expansión al mercado estadounidense deja al descubierto una grieta importante entre los miembros de la familia y la empresa.
Tasio abre la reunión explicando con entusiasmo que la propuesta consiste en introducir los productos de la empresa en bases militares estadounidenses como Zaragoza, Morón y Rota, con la meta a largo plazo de distribuir desde suelo americano al resto del país. Sin embargo, no todos comparten su entusiasmo.
Damián, junto a Marta, plantea sus serias reservas. Recuerda los recientes fracasos financieros, como el caso del balneario, y advierte que un proyecto de esta magnitud, en un terreno tan lejano y fuera de control, podría poner en riesgo la estabilidad económica de la empresa. Marta apoya esta visión, sugiriendo que sería más prudente esperar a una mejor consolidación en Europa antes de dar un paso tan grande.
Tasio, en cambio, presenta gráficos y datos que pronostican un crecimiento del 20% en ventas en los próximos tres años, o incluso un 30% si se logra expandir al resto de los estados. La apuesta es a futuro, y don Pedro ya habría conseguido la aprobación del embajador de EE.UU. y apoyo bancario para financiar la operación, aunque con riesgos evidentes si los pagos no se cumplen a tiempo.
En medio del debate, María hace una pregunta clave sobre el tipo de moneda en que se recibirían los pagos. La respuesta confirma que los ingresos serían en dólares mientras que los préstamos serían en pesetas, lo que —según ella— representaría una ventaja financiera clara por el tipo de cambio.
Finalmente llega el momento de votar.
- Damián y Andrés se pronuncian en contra.
- Marta también vota en contra, aunque reconoce el potencial del plan.
- En cambio, Gema y Joaquín votan a favor, respaldando la visión de expansión.
La decisión final recae en María, quien representa los intereses legales de Julia, su nieta. A pesar de la presión de Damián para que vote alineada con la familia, María afirma con firmeza que sabe muy bien a quién representa… y vota a favor del proyecto.
Con su voto, la balanza se inclina hacia la aprobación de la propuesta, marcando un nuevo rumbo para la empresa y un punto de inflexión en la dinámica familiar y corporativa.