🔸 Spoiler intenso (parafraseado):
Este capítulo estalla con una tensión que se siente desde la primera línea. Marta irrumpe en la oficina de Damián completamente alterada, decidida a poner fin a una situación que considera insoportable. Su orden es directa y urgente: el detective que trabaja con ellos tiene que irse inmediatamente. Su tono no deja lugar a discusión. Está harta, al límite.
Damián, intentando mantener la compostura, le pide que baje la voz y le recuerda que creía que el asunto ya estaba cerrado. Pero Marta no cede. Le deja claro que él podrá haber tomado esa decisión solo, pero ella nunca estuvo de acuerdo. Ahora exige que corrija el error. Su frustración va más allá del detective: está cansada de que su padre complique todo constantemente.
Damián intenta justificarse. Confiesa que desde el principio no confiaba del todo en el detective, pero lo contrató porque sentía que necesitaba cualquier herramienta, incluso métodos dudosos, para enfrentarse a Pedro Carpena, su gran rival. Marta, sin embargo, da un giro más personal a la conversación: lo acusa de estar actuando como su difunto hijo Jesús, algo que a Damián claramente le incomoda.
Y entonces Marta revela lo más delicado de todo: el detective conoce un secreto suyo. Un secreto que, si sale a la luz, podría destruirla. Tiene miedo de que ese hombre pueda chantajearla en cualquier momento. Aunque Damián intenta calmarla diciéndole que ese no es el estilo del detective—porque si se dedicara a revelar secretos, ya no tendría trabajo—ella no se siente segura. La presencia de ese hombre en la colonia les roba la paz.
Cuando Damián le pregunta a quién más incluye en ese “nos”, Marta deja caer otra bomba: Fina también sabe el secreto. Eso enciende por completo a Damián. La acusa de haber sido irresponsable por involucrar a su amiga en algo tan riesgoso. Pero Marta está sobrepasada. Le dice sin rodeos que este secreto no las deja dormir.
Aun así, Damián parece tener otra prioridad: Pedro Carpena. Para él, el verdadero peligro es que ese hombre pueda quedarse con la empresa familiar. Todo lo demás, incluso los miedos de su hija, le parecen secundarios. Pero Marta no piensa igual. Ella no está dispuesta a seguir expuesta ni a arriesgarse más. Lo que para Damián es estrategia, para Marta es una amenaza real que necesita cortar de raíz.
Este episodio revela un conflicto profundo entre padre e hija: poder, secretos y prioridades enfrentadas. Marta ya no quiere callar ni esperar. Para ella, el detective debe desaparecer… antes de que sea demasiado tarde. ⚠️