⚠️ SPOILER COMPLETO | En los próximos capítulos de La Promesa, la historia da un vuelco sorprendente con el retorno inesperado de Eugenia, quien regresa al palacio completamente transformada: poderosa, decidida y con una misión muy clara. Su llegada no solo sacudirá a los moradores de la casa, sino que cambiará radicalmente el destino de Curro, quien dejará atrás su rol de sirviente para recuperar su lugar como miembro legítimo de la nobleza.
Una mañana tranquila en La Promesa será interrumpida por un sonido inusual: el chirrido del portón principal. Teresa, al regar las flores del jardín, quedará perpleja al ver descender de un carruaje a una mujer envuelta en un velo claro y vestida con un elegante atuendo de viaje. Esa mujer es Eugenia, cuya presencia sacudirá el alma del palacio. Rómulo, al verla, se detendrá impactado. “Señora Eugenia”, dirá incrédulo. Ella bajará el velo, mostrando un rostro marcado por el tiempo, pero aún imponente. “He vuelto”, dirá, con lágrimas en los ojos, mientras Rómulo, conmovido, la recibe con respeto y alegría.
Eugenia no tardará en preguntar por Curro, y justo entonces, el joven aparecerá en el vestíbulo. Al verla, queda paralizado por la sorpresa. Ambos se funden en un emotivo abrazo que detiene el tiempo. Curro, entre lágrimas, le confiesa cuánto la ha echado de menos. Eugenia, tocando su uniforme de criado con tristeza, pregunta cómo llegó a esa situación. Curro le revela que, tras descubrirse que es hijo ilegítimo del Marqués Alonso y de una criada, fue relegado a la servidumbre, perdiendo nombre, derechos y dignidad. Eugenia, horrorizada, promete que eso no quedará así.
Además, Curro le cuenta el trágico destino de Hann, su hermana, víctima de un atentado que acabó con su vida. Aunque Cruz fue acusada, Curro está convencido de que alguien más, aún libre dentro del palacio, fue el verdadero responsable. Eugenia, llena de dolor y determinación, le jura que lo ayudará a hacer justicia, por Hann y por todo lo perdido.
Instalada discretamente en el palacio, Eugenia actuará con astucia. Redactará una carta dirigida a la Casa Real, detallando la injusticia cometida contra Curro y exigiendo que se le restituyan sus derechos como heredero legítimo. La respuesta no se hará esperar: un mensajero llegará al palacio con una orden oficial restaurando a Curro a su posición nobiliaria.
La transformación será conmovedora. Rómulo le entrega un traje noble, y Curro, al verse en el espejo, no solo ve una nueva imagen, sino el comienzo de la justicia. Baja las escaleras con la cabeza en alto, mientras Teresa, Candela, López y Pía lo observan emocionados. La dignidad ha sido restaurada… pero el peligro no ha desaparecido.
Mientras tanto, en un rincón sombrío del palacio, Lorenzo, Leocadia y Petra hierven de rabia. Eugenia ha deshecho todo su plan. Leocadia, con frialdad, propone una contraofensiva: socavar la credibilidad de Curro y Eugenia con rumores venenosos. Acusarlos de ambición, no de amor, de manipular y no buscar justicia. Iniciarán una guerra de sombras, preparando su golpe final mientras la tensión en el palacio crece.
Pero Eugenia no se dejará sorprender. Por las noches, organiza reuniones secretas con Curro, Pía y Rómulo en un pequeño salón de lectura. Analizan pistas, recuerdan movimientos sospechosos, investigan silenciosamente. Un hallazgo clave será una nota codificada que vincula a Lorenzo con sustancias peligrosas justo antes del deterioro de Hann. Eugenia recopila todo en un expediente impecable.
El clímax llegará con una reunión formal convocada por Eugenia en el salón principal. Todos se presentan, incluidos los villanos. Eugenia expone pruebas claras: cartas, registros, testimonios… Lorenzo intenta desmentirlo todo, pero Eugenia lanza su golpe final: Rufino, arrestado hace poco, ha declarado oficialmente y ha mencionado a Lorenzo por nombre.
El salón estalla en murmullos. Alonso, desconcertado, exige respuestas. Lorenzo intenta volcar la culpa sobre Eugenia, pero es inútil. Soldados entran al salón y, en minutos, Lorenzo, Petra y Leocadia son arrestados. La justicia, al fin, se impone.