La semana en La Promesa promete emociones intensas, reencuentros conmovedores y cambios inesperados que sacudirán los cimientos de la finca. Del 28 de abril al 2 de mayo, los habitantes del palacio se verán envueltos en secretos, traiciones y sorprendentes transformaciones, especialmente protagonizadas por Petra, cuyo giro radical dejará a todos sin palabras.
La semana arranca con un ambiente de inquietud creciente. Lorenzo de la Mata, siempre firme y calculador, se muestra visiblemente perturbado tras recibir un misterioso anuncio del Conde de Ayala. Un “regalo” es prometido, pero lo que Lorenzo teme no es un objeto: es una amenaza velada a su vida personal. El temor se materializa cuando el regalo resulta ser Eugenia, su esposa, cuya llegada inesperada trastocará el equilibrio de todos en La Promesa.
El reencuentro entre Eugenia y Curro es emotivo y profundamente conmovedor. Para proteger la frágil salud mental de Eugenia, la familia Luján decide ocultarle los recientes acontecimientos, incluyendo el encarcelamiento de Cruz y los secretos de la casa. Curro, obligado a retomar su papel como “señorito”, se enfrenta a una dura lucha interna, pues debe mentirle a quien siempre consideró una madre.
Mientras tanto, Curro y Pía intensifican sus investigaciones en secreto. Cada uno, por su cuenta, trata de reunir pruebas sobre la posible implicación de Lorenzo en la muerte de Dolores. La alianza silenciosa entre ambos jóvenes crece, alimentada por la necesidad de descubrir la verdad, mientras Ángela, la hija de Leocadia, comienza a husmear en el pasado, en busca de respuestas.
En otro rincón del palacio, Catalina se enfrenta a su propio dilema. A pesar de haber recibido inicialmente la bendición de su padre para casarse con Adriano, Alonso reconsidera su postura por temor a las repercusiones sociales sobre Leocadia. El marqués revoca su consentimiento, provocando una ruptura dolorosa con Catalina, que se niega a renunciar a su felicidad.
Entre las sombras de estos conflictos, Petra emerge como la figura más desconcertante de la semana. La que una vez fue el ama de llaves rígida, autoritaria y temida, sorprende a todos con un cambio radical en su comportamiento. De repente, Petra muestra amabilidad, paciencia y comprensión hacia el personal. Su transformación es tan asombrosa que incluso los más desconfiados, como Pía y Rómulo, comienzan a preguntarse si es real o una hábil estrategia oculta.
Mientras el personal especula sobre las verdaderas intenciones de Petra, los dramas familiares siguen escalando. Martina debe enfrentar las consecuencias de su decisión impulsiva de visitar a Cruz en prisión. Avergonzada, busca el perdón de Manuel y Catalina, pero la herida que ha causado en la familia Luján es profunda y no se cerrará fácilmente.
Simona y Toño, por su parte, mantienen su conflicto generacional. El joven, decidido a apostar por su proyecto de motores de aeroplanos junto a Manuel, choca una y otra vez con la prudencia y el miedo de su madre, que teme verlo fracasar.
En medio de todo, un respiro inesperado llega con el 1 de mayo, día del trabajo, cuando la finca parece detenerse por un momento. Pero el silencio solo es aparente: bajo la superficie, las tensiones, los secretos y las emociones siguen fermentando.
Al volver a la actividad, los planes de Manuel y Toño enfrentan nuevos retos económicos. Buscan financiación para su proyecto, soñando con cambiar el futuro y romper las cadenas que los atan a las rígidas estructuras de la nobleza.
La situación de Eugenia sigue generando tensiones. Curro se esfuerza por cuidar de ella sin delatar la farsa, pero cada conversación, cada gesto es un recordatorio doloroso de la mentira que deben sostener. Eugenia, frágil pero intuitiva, percibe que algo no encaja, aumentando el riesgo de que todo el plan cuidadosamente tejido por Alonso y su familia se venga abajo.
El misterio de Petra continúa creciendo. Su interés en ayudar a otros, su repentino deseo de intervenir en asuntos como el futuro de la panadería de Ana, y su cercanía con Samuel, plantean preguntas inquietantes. ¿Está Petra realmente cambiando, o es todo parte de una estrategia para proteger algo aún más oscuro?
Finalmente, el viernes llega con momentos de gran tensión y emoción. Catalina, armada con su convicción y su amor por Adriano, desafía abiertamente a su padre, defendiendo su derecho a ser feliz. La confrontación entre padre e hija marca un antes y un después en su relación.
Curro, mientras tanto, logra pequeños instantes de conexión auténtica con Eugenia, momentos que, aunque breves, le permiten sentir que no todo está perdido. En el fondo, Curro sueña con un futuro donde ya no tenga que ocultar quién es realmente, ni seguir viviendo bajo las máscaras impuestas por el pasado.
La semana termina con La Promesa como un hervidero de secretos a punto de estallar, relaciones tambaleantes y cambios que nadie vio venir. La llegada de Eugenia, el despertar de Petra y la lucha de Catalina por su felicidad son solo el principio. Nuevas traiciones, alianzas y revelaciones se avecinan, prometiendo que nada en La Promesa volverá a ser como antes.