GRACIAS A EUGENIA CURRO VUELVE A SER SEÑORITO… ¿Y DESPUÉS QUÉ PASARÁ?
La llegada de Eugenia Izquierdo al palacio no solo marca uno de los regresos más esperados, sino que también se convierte en el punto de inflexión para la vida de su hijo, Curro, quien finalmente vuelve a ocupar su lugar como señorito. Este cambio, aunque cargado de simbolismo, no llega sin controversia ni consecuencias. El palacio de La Promesa está a punto de agitarse de nuevo, y nada volverá a ser igual.
Desde hace tiempo, los espectadores han sentido que relegar a Curro al papel de lacayo fue un sinsentido. Y es que, en pleno 1916, sin teléfonos móviles ni redes sociales, resultaba difícil de creer que alguien fuera a enterarse de su verdadera identidad con solo un chisme que cruzara los campos de Córdoba. Aun así, la sombra del escándalo siempre sobrevoló el linaje de Curro. No solo por ser hijo ilegítimo de Alonso, sino por los juegos de poder que se han cocido entre bastidores desde que la marquesa Cruz fue enviada a prisión.
Una figura ha cobrado especial protagonismo en esta red de tensiones: Leocadia, cuya ambición y necesidad de estatus parecen no conocer límites. Desde la salida de Cruz, Leocadia ha desplegado una estrategia silenciosa pero efectiva para ganar terreno e influencia. Para muchos, esta mujer ve en Curro una amenaza directa, tanto por su sangre como por su cercanía con Ángela, su hija. La idea de un posible romance entre ellos no le agrada en absoluto, especialmente si tenemos en cuenta que Leocadia es una mujer marcada por el clasismo y la obsesión con los títulos nobiliarios. Para ella, el amor solo es válido si viene acompañado de linaje.
Es precisamente esta visión la que lleva a muchos a sospechar que Leocadia podría haber jugado un papel clave en la presión que recibió el marqués Alonso desde la Casa Real. ¿Cómo se filtraron tantos datos sobre su familia al Rey Alfonso XIII? Aunque la prensa pudo haber publicado alguna cosa, las coincidencias son demasiadas. Muchos apuntan a que fue Leocadia quien, en secreto, movió los hilos para situarse como “la salvadora” de la familia. Su estrategia: hacerle ver a Alonso que sin ella no hay orden ni solución posible.
Y es que Alonso, un hombre de carácter débil y a menudo desbordado por las circunstancias, ha demostrado ser manipulable, primero bajo la férrea influencia de Cruz y ahora sometido a los encantos y artimañas de Leocadia. La llegada de Eugenia lo desestabiliza aún más, pues reactiva viejas heridas familiares, secretos enterrados y un conflicto que ya no puede ignorar.
Pero la gran pregunta que se hace el público es: ¿qué pasará con Curro una vez que su madre deje el palacio? Aunque por ahora Curro retoma su lugar como señorito, no hay garantía de que esta situación sea permanente. Todo depende de cuánto tiempo Eugenia permanezca en La Promesa. Según se ha filtrado, no hay fecha definida para su salida, por lo que al menos estará presente durante los episodios del miércoles y viernes de esta semana. Y si su estancia se prolonga, podríamos verla durante varios capítulos más. Pero si parte… ¿volverá Curro a ser lacayo?
La respuesta, por ahora, está en el aire. Existen dos posibilidades claras: una, que Eugenia logre consolidar su posición en el palacio, permitiendo que Curro se mantenga como hijo legítimo de Alonso y, eventualmente, reciba el apellido del marqués. Esta solución legal podría despejar cualquier duda ante la Casa Real, cerrando el capítulo del escándalo y dejando atrás los prejuicios del pasado. La otra, mucho más dolorosa, sería que al irse Eugenia, Leocadia recupere el control e imponga nuevamente su visión de clase, haciendo que Curro regrese a los cuartos del servicio.
Y mientras este dilema se cuece, otro drama se perfila en el horizonte: Martina. Tras visitar a su tía Cruz en prisión —acto que ha desatado un auténtico huracán familiar—, la joven se encuentra emocionalmente devastada. Manuel, Catalina e incluso Alonso la enfrentan con dureza, considerando su gesto una traición. En medio de esta tormenta emocional, Curro aparece como su único consuelo, y ambos son vistos abrazándose en los jardines del palacio. Sin embargo, San Jacobo, prometido de Martina, los observa desde la distancia, consumido por los celos.
Este abrazo —que bien podría ser un gesto de consuelo y no de pasión— plantea una nueva incógnita: ¿podría renacer el amor entre Curro y Martina? Aunque Televisión Española no ha confirmado nada oficial, las imágenes han desatado una ola de teorías entre los fans. ¿Está Martina buscando refugio en Curro? ¿O es Curro quien la consuela en su momento más bajo?
Todo dependerá de cómo evolucionen sus respectivos conflictos. Curro, en medio de su batalla por la identidad y la legitimidad; y Martina, enfrentando el rechazo de los suyos por seguir su corazón. Lo que está claro es que su conexión sigue viva, aunque el futuro les depare caminos inciertos.
En conclusión, la presencia de Eugenia ha devuelto a Curro su título, su dignidad y su lugar en la familia. Pero la pregunta es inevitable: ¿es esto solo un respiro temporal, o el inicio de una nueva era en La Promesa? Y si Eugenia parte… ¿volverá Curro a las sombras del servicio, o el marqués Alonso dará el paso definitivo y lo reconocerá como su hijo?
Las piezas están en movimiento y los próximos capítulos prometen sacudir los cimientos del palacio. Porque en La Promesa, cuando parece que todo se calma… vuelve a estallar el caos.