En el próximo capítulo de Sueños de Libertad, veremos una conversación íntima y reveladora entre Carmen y Fina, que deja al descubierto emociones que han estado calladas por mucho tiempo.

Todo comienza con Carmen bromeando sobre la paciencia que tuvo para montar una cómoda, diciendo que no podría haber aguantado tanto. Fina, entre risas, admite que disfruta mucho las manualidades, especialmente si se trata de hacer cosas para los bebés de la casa cuna. Se emociona incluso al contar que quiere comprarles un móvil decorativo para las cunas, aunque lamenta su alto precio. Carmen, en tono de complicidad, le sugiere que si tanto le gustan las manualidades, podrían hacer uno juntas. Fina acepta encantada, aunque Carmen no parece muy convencida en un principio.

Pero lo que comienza como una charla ligera toma un giro más emocional. Carmen confiesa, con cierta tristeza, que siente envidia de Fina, no por celos, sino porque ella no tiene ninguna afición que le llene tanto como a su amiga. Dice que, más allá de sentarse en el sofá con Marta y escuchar la radio, no hay nada que la haga sentir completa… y ahora ni siquiera eso pueden hacer.

Fina, conmovida, le pregunta si la echa de menos, a lo que Carmen responde que sí, un poco. Luego se sincera por completo: desde que Marta se casó con Pelayo, ya casi no tienen tiempo para estar juntas. Aunque comprende que Marta ahora debe cumplir con sus nuevos deberes sociales como esposa, no puede evitar sentir que la distancia entre ellas crece cada vez más.

Carmen trata de animarla, asegurándole que, con el tiempo, todo se estabilizará. Pero Fina es menos optimista: teme que todo vaya a peor. Entonces suelta una bomba: Pelayo podría convertirse en el próximo gobernador civil de Toledo, ya que Vaca se retira y lo ha propuesto como su sucesor. La noticia impacta: ese cargo implica una agenda pública exigente, llena de compromisos y apariciones, y por supuesto, Marta tendría que acompañarlo a todo.

Fina, resignada, se limita a decir que, mientras tanto, ella seguirá esperando “sentadita” su turno. Carmen, junto con otra amiga, intenta consolarla asegurando que estarán con ella, que no la dejarán sola. Incluso le propone recuperar esos viejos momentos compartidos, acurrucadas escuchando la radio bajo la estrella.

El episodio cierra con una frase que resume perfectamente la esencia de este momento tan humano y melancólico: “¿Qué haría sin vosotras?”

Un capítulo donde lo cotidiano se mezcla con la nostalgia, la amistad y los sacrificios que se hacen en nombre del amor.