En el próximo capítulo de La Promesa, la historia da un giro inesperado cuando Enora, la misteriosa joven que ha causado intriga en el hangar, revela su verdadera identidad. Esta confesión deja a Manuel completamente descolocado, tanto que no desea volver a verla. Él admite que esperaba cualquier cosa de ella, menos lo que escucha. Enora, sin embargo, asegura que su llegada a La Promesa nunca fue casual: tenía un propósito muy claro. Esa noche, interrumpirá una elegante cena con una revelación que sacude a todos. Leocadia intenta huir del salón, pero lo que Enora hace justo después cambia el rumbo de la trama por completo.

Todo empieza en una tarde calurosa en el hangar, donde Manuel, absorto entre piezas de motor y el calor sofocante, trabaja junto a Toño. Todo parece habitual hasta que los pasos decididos de Enora rompen la rutina. Entra sin pedir permiso, con papeles en mano, y lanza una pregunta técnica que interrumpe el trabajo. Manuel, harto, evita responderle, pero Toño intenta mantener la cortesía. Sin embargo, las sospechas ya han echado raíces en Manuel. En privado, le dice a Toño que Enora no está allí solo por pasión aeronáutica; sabe demasiado. Cree que podría estar espiándolos. Recuerda un antiguo sabotaje y teme que se repita. Toño, aunque escéptico, promete estar alerta.

Mientras Enora finge estudiar planos, Manuel sigue vigilándola de reojo. Cuando Toño sale a recoger una pieza nueva, el ambiente se llena de tensión. Enora se le acerca por detrás y comenta sobre el torque excesivo que aplica. Manuel se sobresalta. Ella propone ayudar. Él se burla: ese lugar no es para amateurs. Pero Enora no se rinde y lo reta con hechos: desmonta una válvula con precisión técnica impecable, mejorando incluso los ajustes de Manuel. Él queda atónito. Ella explica que su padre era ingeniero y que creció entre motores, pero siempre debió esconder su talento por ser mujer. Manuel, conmovido, se disculpa. Ella pide una oportunidad. Él se la concede, con una sola condición: que no vuelva a acercarse por detrás sin avisar.

Poco a poco, la relación cambia. Entre ajustes mecánicos y charlas técnicas, crece un respeto mutuo. Incluso Toño nota que algo está pasando entre ellos. “¿Te gusta?”, le pregunta una noche. Manuel lo niega, pero sabe que algo diferente está ocurriendo: Enora no es como ninguna mujer que haya conocido. Es fuego, acero, su igual dentro del hangar.

Sin embargo, el encanto se rompe cuando Enora llega una mañana con los ojos llorosos: su padre está gravemente enfermo. Tiene que irse de inmediato. Manuel promete esperarla. Antes de partir, Leocadia la intercepta y le hace una propuesta siniestra: sabotear el avión de Manuel a cambio de cuidados médicos para su padre. Aunque siente repulsión, Enora acepta… al menos en apariencia.

Pero antes de irse, vuelve al hangar y le revela todo a Manuel: el chantaje de Leocadia, su falsa aceptación, y su promesa de jamás traicionarlo. Manuel, emocionado, la abraza. Esa noche, va directo a ver a Alonso y le cuenta todo. El marqués, indignado, convoca una reunión en el salón principal. Frente a todos, acusa a Leocadia de un crimen atroz. Ella intenta defenderse, pero nadie le cree. Es expulsada del palacio. Petra observa en silencio, mientras Rómulo regresa para apoyar la decisión. Curro se compromete a investigar otras posibles conspiraciones de Leocadia.

Al día siguiente, Manuel acompaña a Enora a la carreta. Se toman de las manos: “Te estaré esperando, esta vez sin desconfianza.” Ella promete volver. Y cuando se marcha, dejando polvo en el camino, Manuel regresa al hangar con una nueva motivación: terminar ese avión… por ella.

Así concluye este intenso episodio de La Promesa, en el que Manuel podría finalmente superar la pérdida de su esposa y abrir su corazón a Enora, una mujer que demostró ser mucho más que lo que aparentaba. ¿Qué opinas de esta evolución? ¿Te gustaría ver a Manuel y Enora como pareja? ¡Déjalo en los comentarios! Y no olvides que hay más sorpresas por venir… ¡Nos vemos en el próximo episodio!