Donato de Santis, célebre jurado de “MasterChef” y figura emblemática de la gastronomía argentina, sorprendió al anunciar un giro radical en su vida profesional. Alejado de los reflectores y del confort que le brindaban sus emprendimientos en Argentina, el chef decidió instalarse en Francia para trabajar de forma anónima en un restaurante con tres estrellas Michelin.

La decisión fue comunicada por el propio De Santis a través de sus redes sociales, donde compartió imágenes y reflexiones sobre esta nueva etapa. “Me propuse embarcarme en una aventura única: trabajar de incógnito en un restaurante donde nadie sabe quién soy, cómo me llamo o de dónde vengo”, expresó con emoción. Equipado únicamente con su maletín, cuchillo, tabla y delantal, el chef se sumergió en la exigente rutina de la cocina profesional europea, sin trato preferencial ni reconocimiento alguno.

Desde su llegada a Niza, en la Costa Azul, Donato relató las dificultades físicas que enfrentó: largas jornadas de pie, ritmo intenso y hasta una lesión en el menisco. Sin embargo, lejos de desanimarse, afirmó que esta experiencia lo conecta con la esencia de su vocación: “Es doloroso, pero todavía tengo ganas de volver. Eso es ser cocinero”.

Este desafío representa para De Santis un retorno a sus raíces, una búsqueda de autenticidad y aprendizaje que contrasta con el glamour de la televisión. A través de sus publicaciones, planea documentar cada paso de su recorrido, compartiendo errores, descubrimientos y emociones, como si se tratara de un diario gastronómico sin filtros.