Lo que parecía un día normal de trabajo en el laboratorio de perfumes de la marca Reina se transforma rápidamente en una tormenta inesperada. Marta llega al laboratorio donde Luis se encuentra afinando los últimos detalles de una creación muy especial: el perfume insignia que marcará el lanzamiento por el aniversario de la marca. Ella ha recibido su mensaje y, con curiosidad, se presenta dispuesta a descubrir lo que han estado desarrollando con tanto esmero.

Luis, entusiasmado, le confirma que acaban de hacer los últimos ajustes y le ofrece a Marta una muestra para que lo pruebe. En cuanto ella lo huele, sus sentidos se activan. Detecta algo diferente, una nota inesperada que la sorprende: pregunta si han añadido bergamota. Luis le confirma que sí, que han sustituido sutilmente la mandarina por un toque de bergamota, lo cual, según explica, aporta frescura y sofisticación a la fragancia. Marta, fascinada, reconoce la calidad del resultado. Elogia el perfume, destacando la armonía entre la base, los cítricos y la elegancia del nuevo ingrediente. Está convencida de que será un éxito.

Luis, sin atribuirse todo el mérito, menciona a Cristina como pieza clave del desarrollo del perfume. Marta, entre risas y con tono cómplice, lo llama “el maestro” y anticipa su humildad. Recuerda un incidente en el que Cristina cometió un error con la nota del lirio, y cómo Luis casi quiso apartarla del proyecto. Sin embargo, ahora Marta admite que quizá se precipitó en su juicio: reconoce que Cristina tiene un gran potencial y que, si continúa aprendiendo con dedicación, llegará muy lejos.

Ambos coinciden en que, aunque el perfume aún debe ser evaluado y aprobado por la junta directiva, todo indica que será aceptado sin objeciones, y podrán iniciar la producción en los tiempos previstos. El ambiente es de celebración moderada y profesionalismo. Justo antes de que Marta se marche, Luis le comenta que quería pedirle algo: un día libre. Luz, su pareja, ha sido invitada a un congreso médico para impartir una ponencia, y él desea acompañarla. Marta se alegra por la noticia, le transmite felicitaciones para Luz y le dice que, por supuesto, puede tomarse el día. Reconoce el esfuerzo que Luis ha puesto en el proyecto y considera que se ha ganado ese merecido descanso.

Sin embargo, esa atmósfera de tranquilidad se quiebra en un instante. Suena el teléfono y Luis responde. Es el señor Kobeaga. Al principio, la conversación parece rutinaria, pero pronto Luis empieza a fruncir el ceño. Pide al interlocutor que repita lo dicho, visiblemente confundido. La conversación da un giro brusco: Luis se pone serio, preocupado y luego francamente alterado. Kobeaga le informa de algo impactante: la marca rival Brosart acaba de lanzar un perfume que es prácticamente idéntico al que ellos han desarrollado para el aniversario. La coincidencia es tan exacta que parece imposible que sea casualidad.

Luis queda estupefacto. No pone en duda lo que le dice Kobeaga, pero le resulta incomprensible. ¿Cómo puede ser que un perfume cuya fórmula han trabajado con tanto celo, con pruebas y ajustes minuciosos, haya sido replicado tan al detalle por la competencia? Le promete a Kobeaga que investigará de inmediato, que intentará conseguir una muestra del producto de Brosart para comparar las fragancias y verificar la similitud. Se compromete a volver a llamarlo en cuanto tenga más datos.

Cuando cuelga el teléfono, el rostro de Luis refleja una mezcla de furia e incredulidad. Marta, preocupada, le pregunta qué ocurre. La respuesta de Luis la deja helada: Brosart ha lanzado un perfume casi igual al suyo, justo en el momento más importante, cuando Reina se preparaba para presentar ese producto como su joya del aniversario. La situación no solo es desconcertante, sino también alarmante. Marta no puede decir nada. El golpe es tan inesperado que la deja sin palabras.

Este giro repentino siembra un gran interrogante sobre cómo ha podido ocurrir semejante coincidencia. ¿Se trata de espionaje industrial? ¿Hubo una filtración dentro del equipo? ¿O simplemente alguien tuvo acceso a una información que debía mantenerse confidencial? El hecho de que Cristina, una integrante relativamente nueva, estuviera tan involucrada en el proyecto podría levantar sospechas, aunque por ahora nada apunta directamente a ella. Aun así, la amenaza a la reputación de la marca es real y el tiempo apremia.

Lo que estaba destinado a ser un momento de orgullo y celebración se convierte, en cuestión de minutos, en una crisis que podría afectar seriamente el prestigio y la estrategia comercial de Reina. Luis y Marta deberán actuar rápido, no solo para comprobar si realmente están ante un caso de plagio fragrante, sino también para proteger la integridad de su equipo y el valor de su producto estrella. Todo está en juego.