En los últimos episodios de La Promesa, la verdadera naturaleza de Leocadia comienza a salir a la luz, y no es nada como lo que los demás pensaban. Después de que Cruz se ausenta del palacio, Leocadia ha tomado el control de la casa con una rapidez sorprendente. A pesar de no ser oficialmente la marquesa, su habilidad para gestionar el palacio y manejar a los sirvientes la pone al mando en todo menos en el título. Su dominio sobre la casa es innegable, y está dejando claro que, en su ausencia, ella es quien manda.
Leocadia, que antes se presentaba como una mujer elegante y amable, ha demostrado ser una estratega implacable. Su control sobre el servicio es absoluto, especialmente con Petra, a quien pone en su lugar de forma contundente. Petra, que siempre había estado acostumbrada a ser la “dueña” del servicio, se ve obligada a aceptar la autoridad de Leocadia, lo que deja claro quién tiene el verdadero poder en la casa. Leocadia no solo controla a los sirvientes, sino que también ha dado instrucciones claras sobre quién manda en la casa, dejando a Petra y a Curro, el pobre lacayo, en su lugar.
Lo que realmente sorprende es el comportamiento de Leocadia con aquellos que considera una amenaza o simplemente una molestia. Como una planta carnívora que espera pacientemente a su presa, Leocadia maneja a todos con sutileza, esperando el momento perfecto para atrapar a sus enemigos. Y es que, a pesar de su aparente calma y control, Leocadia es una mujer dispuesta a hacer lo que sea necesario para alcanzar sus objetivos. Su interés por el poder no es solo una cuestión de estatus, sino de control absoluto, y su habilidad para manipular a quienes la rodean la convierte en una jugadora peligrosa.
Lo que está claro es que, a medida que Leocadia sigue ganando poder, su verdadera cara va quedando al descubierto. Nadie está a salvo de sus manipulaciones, ni siquiera Curro, que aún no ha descubierto por completo la magnitud de la amenaza que representa Leocadia. Su relación con Lorenzo también deja entrever su verdadera naturaleza, revelando que su interés por él no es solo amoroso, sino una maniobra para consolidar aún más su control sobre el palacio.
En los próximos episodios, parece que Leocadia está jugando una partida maestra, utilizando a todos a su alrededor para alcanzar sus fines. La relación con los demás personajes está cambiando, y cada movimiento de Leocadia tiene consecuencias significativas. ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar para conseguir lo que quiere? ¿Qué secretos más saldrán a la luz mientras sigue en su camino hacia el poder absoluto?
La Promesa está llevando la tensión y el drama a nuevos niveles, y el ascenso de Leocadia al poder es solo el principio de lo que promete ser una temporada llena de intriga, traiciones y revelaciones impactantes.