El regreso de Curro a La Promesa no pasa desapercibido. Pero esta vez, nada es como antes. Ahora convertido en lacayo, camina entre pasillos cargados de secretos, silencios incómodos y miradas que esconden más de lo que dicen. Su único objetivo es claro: acercarse lo suficiente al asesino de su hermana y descubrir la verdad que tantos han intentado ocultar. Sin embargo, su sola presencia amenaza con desatar una tormenta que podría cambiarlo todo.
Desde su llegada, las sospechas se encienden, especialmente en Leocadia, quien percibe en él un peligro inminente. Para ella, Curro no es solo un sirviente más, sino una amenaza a los pactos oscuros que ha tejido con la nobleza. Su regreso pone en jaque el equilibrio de poder dentro del palacio, y no está dispuesta a permitir que su obsesión por la verdad eche por tierra todo lo que ha construido.
Mientras tanto, Alonso se encuentra atrapado entre la lealtad a su hijo y la presión de mantener el orden en La Promesa. Curro es su sangre, pero también un riesgo que podría exponer los secretos más oscuros de la familia. Leocadia, manipuladora y calculadora, no tarda en exigir medidas drásticas para silenciarlo antes de que sea demasiado tarde.
Por otro lado, Lorenzo disfruta del espectáculo. Para él, ver a Curro vestido de lacayo es una humillación que no puede dejar pasar. Con comentarios mordaces y burlas crueles, intenta quebrarlo, pero Curro mantiene la compostura. Su determinación es inquebrantable, y ni las humillaciones ni las adversidades lo desviarán de su misión.
En medio del caos, Manuel enfrenta su propio dilema. Aunque intenta mantener su distancia, no puede ignorar la verdad: Curro es su hermano. Los recuerdos de su infancia se mezclan con la realidad de verlo convertido en sirviente, y la culpa lo consume poco a poco. Catalina, por su parte, intenta persuadirlo de posponer su viaje a Italia, consciente de que su partida podría ser el golpe final para una familia al borde del colapso.
Pero la tensión en el palacio no se limita a Curro. María Fernández sigue sumida en su dolor, incapaz de reponerse de la pérdida de Jana, mientras Petra, con su lengua afilada, no duda en avivar el fuego con sus provocaciones. La tensión estalla cuando María, harta de su crueldad, pierde el control, provocando una escena que deja a todos en shock.
A medida que las piezas se mueven en la oscura partida de ajedrez que es La Promesa, la pregunta que resuena en cada rincón del palacio es: ¿hasta dónde llegará Curro en su búsqueda de justicia? ¿Logrará desenmascarar al asesino de su hermana, o será víctima de la misma red de intrigas que intenta desentrañar?
Los capítulos 560 y 561 prometen traiciones, enfrentamientos y decisiones que marcarán el destino de todos. En La Promesa, la verdad está más cerca que nunca… pero también el peligro. ¿Sobrevivirá Curro al juego que ha decidido jugar?