El capítulo 338 nos sumerge en nuevas tensiones familiares, decisiones inesperadas y viejos fantasmas que regresan a escena. Todo comienza con un desayuno en casa de los de la Reina, donde Damián y Andrés comparten la mesa… hasta que Gabriel irrumpe con prisa.
☕ Desayuno con propuesta inesperada
Gabriel aparece apresurado, mencionando que debe marcharse a Madrid para cerrar los detalles de su nuevo contrato en un bufete. Pero antes de que se levante, Damián le hace una propuesta que lo toma completamente por sorpresa: le ofrece convertirse en el abogado exclusivo de Perfumerías de la Reina.
Gabriel se muestra desconcertado por el ofrecimiento. Agradece la confianza, aunque no puede ocultar su sorpresa y cierto reparo: ya existe un bufete que atiende los asuntos legales de la empresa. Pero Damián insiste: quiere a alguien comprometido únicamente con la familia, no un despacho externo con múltiples clientes. Andrés apoya la propuesta, valorando la tranquilidad que brinda contar con alguien de confianza en un cargo tan delicado.
Damián va más allá: le propone vivir en la casa familiar si lo desea. Reafirma que Gabriel, como miembro de la familia, debe ser parte del legado que tanto esfuerzo ha costado construir. Gabriel se siente halagado, pero pide algo de tiempo para reflexionar.
Cuando pregunta si don Pedro aprueba su incorporación, Damián lo tranquiliza: eso lo resolverá él mismo. Solo le pide a Gabriel que desempace la maleta, porque su sitio ya está allí.
🏭 Preocupaciones en la fábrica
Mientras tanto, en la fábrica, Joaquín y Tasio tienen una conversación cargada de tensión. Recuerdan los conflictos pasados relacionados con Gorriz, ese personaje oscuro que dejó huella en más de uno. Ambos rememoran cómo este hombre manipuló información y los perjudicó. Joaquín, aún intrigado, se pregunta cómo supo Gorriz que Tasio era hijo de Damián, cuando solo unos pocos conocían ese dato.
Tasio cree que ya no vale la pena lamentarse: Gorriz ya no trabaja allí. Pero Joaquín lanza una advertencia: “de momento”. Le revela que Gorriz se reunió recientemente con don Pedro con la intención de recuperar su puesto en la fábrica. A Tasio la noticia le parece alarmante, y Joaquín sugiere que consulten a Fernández, con quien Tasio tiene cierta relación.
En medio de la charla, Marta interrumpe para resolver un asunto logístico: necesita desviar un camión porque una tienda se ha quedado sin producto. Solucionado el tema, Joaquín aprovecha para preguntarle si sabe algo nuevo sobre la investigación a Gorriz. Marta le cuenta que lo último que supieron es que la Guardia Civil buscaba interrogar a la hermana de Gorriz nuevamente, pero no hay más novedades.
Inquieto, Joaquín decide buscar respuestas directamente, y agenda una cita con el sargento Pontón.
🏥 Encuentro incómodo con María
Por otro lado, Digna y don Pedro visitan a María. El encuentro no es fácil. María se muestra cerrada, desilusionada y sin ganas de conversar. Dice que su vida no tiene sentido si depende constantemente de otros. Don Pedro intenta reconfortarla, afirmando que todos damos sentido a nuestras vidas y que ella aún tiene mucho por hacer.
Le recuerda que, según el deseo de Jesús, ella debe velar por los intereses de Julia, lo cual implica asumir ciertas responsabilidades en la fábrica. María responde que cualquiera podría encargarse de eso. Pero don Pedro insiste: quiere que sea ella, porque confía plenamente en su fortaleza y capacidad.
María, con sarcasmo, señala que ni siquiera su esposo la defendió cuando quisieron internarla. Muestra sus muñecas, evidencia del daño que se ha infligido, y dice que ese acto fue lo único que logró retener a Andrés a su lado. Don Pedro, sin disimular su reproche, le dice que sí, ya lo ha visto, pero eso ha llevado a que Andrés descuidara gravemente la empresa.
María se sorprende al saber que faltar a una reunión legal podría llevar a un juicio contra la empresa. Don Pedro es tajante: si Andrés no puede con la carga, debería vender sus acciones y retirarse para cuidarla a tiempo completo. María, algo desbordada, alcanza a responder: “Quien mucho abarca, poco aprieta”. En ese momento, Digna llega y la conversación se interrumpe.
👮♂️ La búsqueda de Gorriz
Fuera de la fábrica, Joaquín se reúne con el sargento Pontón. Le agradece su tiempo y va directo al punto: quiere saber si hay alguna pista del paradero de Gorriz. El sargento, con tono serio, pregunta cómo supo que lo estaban buscando. Joaquín explica que su tío Damián y su primo Andrés le informaron, y que él es uno de los mayores afectados por lo que Gorriz hizo.
Joaquín expone su sospecha: cree que todo fue una estrategia orquestada por don Pedro para que él renunciara a la dirección de la empresa. El sargento, sin embargo, recalca que todo eso son suposiciones sin pruebas. Joaquín argumenta que por eso necesitan encontrar a Gorriz: podría confirmar o desmentir las acusaciones.
Lamentablemente, el sargento no tiene buenas noticias. No han podido localizar a la hermana de Gorriz, y todo indica que él ha salido del país rumbo a Venezuela junto con su familia. Joaquín se aferra a ese dato: es una pista válida. Pero el sargento le responde con escepticismo: no cree que le autoricen seguir investigando a alguien que, según él, solo causó disturbios menores en una empresa.
Joaquín estalla: ese “follón” fue lo que terminó con la vida de su primo Jesús. El sargento no cede. Dice que, oficialmente, la muerte de Jesús fue un accidente mientras limpiaba un arma, y no hay caso legal abierto. Y aunque Joaquín insiste en investigar a don Pedro, el sargento se niega: don Pedro es respetado en la comunidad, no hay pruebas de irregularidades, y no puede iniciar ninguna acción legal en su contra.
Joaquín, frustrado, solo puede agradecerle el tiempo y marcharse sin respuestas.