Spoiler detallado del capítulo 607 de La Promesa
A partir del lunes 2 de junio, La Promesa modifica ligeramente su horario, regresando a la parrilla televisiva a las 18:10h, justo después de Valle Salvaje. Además, tras cada episodio se emitirá El Club de La Promesa, un espacio de 15 a 20 minutos dedicado a comentar la trama y los personajes de la serie. Con estos ajustes, RTVE busca consolidar aún más la presencia de su ficción estrella en las tardes.
Pero vayamos al corazón del episodio 607. Catalina y Pía traman un plan para evitar que Emilia abandone el palacio. Ambas desean que la enfermera se quede, aunque sus motivaciones son distintas. Catalina necesita la ayuda de Emilia para cuidar a sus gemelos, mientras que Pía —más astuta— percibe la oportunidad de que Emilia y Rómulo reaviven un amor que, aunque del pasado, sigue vivo.
Como parte de su plan, Catalina finge una recaída de salud. Usando su conocida fragilidad como excusa, hace creer que necesita continuar bajo el cuidado de Emilia. La idea es que Emilia hable con el doctor Ferrer y así prolongue su estancia. Aunque sencilla, esta maniobra puede tener éxito y permitir que la enfermera permanezca en La Promesa durante más tiempo.
Rómulo, al enterarse de que Emilia no se marchará aún, experimenta un gran alivio. Aunque reservado, es evidente que no quiere alejarse de quien fue —y tal vez aún es— su gran amor. El reencuentro entre ambos está cargado de nostalgia y sentimientos no resueltos, y es posible que su historia de amor aún no haya dicho la última palabra.
Mientras tanto, en otro rincón del palacio, se avecina una crisis espiritual. Nada ni nadie puede evitar que Samuel sea finalmente excomulgado. Esta situación, aunque dolorosa, rompe la barrera que existía entre él y María Fernández, quien sigue profundamente enamorada del joven. María no oculta su opinión y, en un arranque de valentía, acusa públicamente a Petra de ser la responsable del colapso emocional y vocacional de Samuel.
Teresa, su amiga y confidente, le advierte sobre la gravedad de lanzar acusaciones sin pruebas. Pero María no tiene dudas: cree firmemente que solo alguien con un corazón tan oscuro como Petra podría haber manipulado a Samuel de esa forma. La tensión en este triángulo de emociones va en aumento y amenaza con explotar en cualquier momento.
Por otro lado, el drama en torno a Toño también cobra fuerza. Tras el robo de dinero y un automóvil, Simona, su madre, empieza a sospechar de su hijo. A pesar de no tener pruebas concretas, su instinto maternal no falla. Comparte sus inquietudes con Candela, su amiga, mientras Manuel ya ha confrontado directamente a Toño tras descubrir su engaño. Simona aún no conoce ese enfrentamiento, pero su intuición le dice que algo grave ocurre.
En paralelo, la señorita Martina se siente cada vez más inquieta por la actitud de su prometido, San Jacobo. Este ha mostrado una inusitada defensa de Lisardo, lo que ha generado un creciente malestar en Martina, sobre todo por el trato ofensivo que Lisardo ha dado a varios miembros del palacio. En especial, Martina no perdona que Lisardo haya humillado a Adriano cuando este intentó disculparse. Aunque esa escena no se mostró en pantalla, sabemos de ella gracias al relato de Martina.
La tensión entre Martina y San Jacobo va en aumento, y la complicidad de su prometido con Lisardo parece estar empujando su relación al borde del colapso. Se vislumbra un conflicto inminente en los próximos capítulos.
En medio de este torbellino emocional, Curro también atraviesa una tormenta interna. Aún dolido por la pérdida de su hermana Jana y atrapado por un amor imposible con Ángela, se derrumba emocionalmente ante ella. Ángela, firme en sus sentimientos, no duda en consolarlo. Su deseo de quedarse en La Promesa no solo responde a su búsqueda por conocer la identidad de su padre, sino también al profundo amor que siente por Curro.
Pero el drama más oscuro de este capítulo gira en torno a Eugenia. Lorenzo y Leocadia continúan con su pérfido plan para desestabilizarla mentalmente. Eugenia muestra signos evidentes de recaída, y Lorenzo aprovecha un desayuno familiar para poner el tema sobre la mesa ante el marqués Don Alonso. Su intención es clara: dejar constancia pública del supuesto deterioro de Eugenia y facilitar su reingreso en el sanatorio.
Incluso en la intimidad de la noche, Lorenzo sigue manipulándola, tratando de alterar su estado mental mientras duerme. Como se temía, Eugenia se ha convertido en presa fácil dentro de la madriguera de lobos. El propio Lorenzo lo resume sin tapujos: “Ha recuperado las piernas, pero no la cabeza.”
Leocadia, por su parte, sigue alimentando la paranoia de Eugenia, esta vez sembrando dudas sobre la relación entre Catalina y Andrés. Le insinúa que Catalina no está preocupada por la cercanía entre Eugenia y sus hijos, sino que en realidad tiene celos de la complicidad entre Eugenia y Andrés. Esta manipulación emocional busca alejar a Eugenia aún más de sus seres queridos, dejando a una mujer cada vez más inestable, vulnerable… y peligrosa.
Y ese peligro se materializará pronto. Los avances ya han revelado que el jueves tendrá lugar el bautizo de los hijos de Catalina, momento en el que Eugenia, completamente desquiciada, armará un escándalo con arma en mano. Una escena que promete ser explosiva y que podría cambiar el curso de varios personajes.
Así cierra el avance del capítulo 607, dejando múltiples hilos abiertos: amor, traición, manipulaciones, secretos familiares y una cuenta regresiva hacia una tragedia anunciada. El lunes se avecina un episodio cargado de tensión, emoción y revelaciones.