Spoiler: En este capítulo, la relación entre Marta y Fina toma un giro inesperado cuando una conversación provoca una ruptura emocional. Una de las protagonistas, al sentirse abrumada por las tensiones que se han ido acumulando, le sugiere a la otra que se aleje de todo y se dirija a Londres, donde está su novio inglés. Esta propuesta, aparentemente simple, está cargada de significados más profundos. La idea de viajar a Londres no es solo una huida física, sino también una forma de escapar de los problemas que las han estado acosando. Al sugerirlo, una de ellas reconoce que quizás es el momento de que la otra busque su propio camino, lejos de las dificultades y la creciente presión que enfrentan en su entorno actual. El novio inglés, figura que hasta ahora no había tenido un peso tan relevante en la narrativa, se convierte en un símbolo de una vida diferente, más tranquila y menos conflictiva.
Sin embargo, esta sugerencia también plantea un dilema emocional, ya que para Fina, que ha estado luchando por la libertad junto a Marta, irse podría significar traicionar sus ideales y sus esfuerzos compartidos. La invitación a Londres refleja la disyuntiva entre la búsqueda de la paz personal y el compromiso con la causa común. Este capítulo, marcado por la tensión entre lo que se desea y lo que se debe hacer, pone a ambas en una encrucijada crucial, donde las decisiones que tomen definirán su futuro. La pregunta que queda en el aire es si, al tomar caminos separados, podrán mantener su conexión o si, por el contrario, se alejarán para siempre.