En el capítulo 47

En el capítulo 47 de “Una Nueva Vida”, Suna está lista. El vestido blanco le cubre el cuerpo, pero no el alma. Esta noche será su segunda boda, y lo sabe: Kaya no la quiere. Aun así, se prepara. Silenciosa. Resignada. En su mirada no hay ilusión, solo una mezcla muda de ansiedad, miedo y una rabia tan contenida que podría incendiar la habitación.

Entra Esme con Seyran. Y por primera vez, Esme habla sin rodeos: “Mi madre me dijo que las hijas repiten el destino de sus madres. Pero tú, Suna, vas a romper esa cadena. No vivirás mi historia. Serás feliz”. La promesa es tan poderosa que, aunque Suna no dice una palabra, algo cambia en su rostro.

El gran día llega. No hay violines románticos ni corazones flotando. Hay tensión. Ifakat le ofrece una nueva vida, Nükhet le lanza una advertencia como daga. Suna camina hacia el altar, no por amor, sino por venganza. Se lo deja claro a su futura suegra: “Quiero ser fuerte para castigar a todos los que se lo merecen”.

Pero cuando el sacerdote pronuncia la pregunta clave… el silencio es absoluto. ¿Dirá “sí”?, ¿Dirá “no”?,¿Dirá “ni loca”? Nükhet sonríe: tiene un as bajo la manga. Y Suna, justo en ese instante, está a punto de demostrar que la antigua Suna ya no existe.