Esta semana en La Promesa se desatará una tormenta emocional y judicial que cambiará el rumbo de la historia. Todo empieza cuando Curro, incapaz de seguir callando, le hace a Ángela una revelación devastadora: está convencido de que Lorenzo de la Mata, alias el capitán Garrapata, fue el verdadero responsable de haber envenenado a la joven Hann Expósito. Esta acusación no es cualquier cosa, y Ángela, que ya miraba con desdén a Lorenzo por su arrogancia y manipulación, ahora comienza a verlo como lo que podría ser: un asesino.
Pero la confesión no se detiene ahí. Curro también le recuerda a Ángela que el capitán estuvo detrás del accidente en el picnic, aquel intento de asesinato encubierto que casi le cuesta la vida a él mismo. Ante tal cúmulo de horrores, Ángela siente que la cabeza le va a estallar, pero el amor que siente por Curro se convierte en una fuerza poderosa que la impulsa a actuar. No va a quedarse de brazos cruzados.
Movida por el amor y un fuerte sentido de justicia, Ángela canaliza toda su inteligencia e instinto. Su frustrada vocación de abogada sale a flote. Aunque nunca terminó la carrera, empieza a comportarse como una auténtica investigadora. Se lanza a revisar documentos, a reconstruir pistas y a hurgar en los rincones más oscuros de La Promesa. Su objetivo es claro: encontrar pruebas que incriminen a Lorenzo.
Y no tarda en dar con algo realmente inquietante. Entre los papeles que examina, Ángela tropieza con unos documentos que implican directamente al capitán Garrapata en un negocio turbio de tráfico ilegal de armas. Y no está solo: comparte esta operación con dos nobles más —el duque de Carril, Gonzalo (padre de Vera), y el marqués de Andújar, Facundo—, sí, el mismo que recibió un puñetazo de Ángela en aquella recordada fiesta.
Lo más escalofriante del hallazgo es que esas armas podrían proceder directamente del ejército español. En ese contexto histórico, sustraer armamento militar era un crimen gravísimo. El Código de Justicia Militar de 1913 (año en el que se sitúa la serie, más o menos) establecía que los civiles implicados en este tipo de delitos podían ser juzgados por consejo de guerra, y si el implicado era militar, las penas podían llegar incluso a la pena capital. En pocas palabras, Lorenzo podría estar jugando con fuego… y esta vez no saldrá ileso.
Pero justo cuando Curro y López parecían estar cerca de desenmascarar todo en la casa de los duques de Carril, ocurre un sabotaje: la libreta de tapas doradas —llena de datos comprometedores, nombres, fechas y cifras— desaparece y es quemada en la chimenea. Era una prueba irrefutable que podría haber hundido a Lorenzo, pero ahora todo depende de los documentos que Ángela logre rescatar y organizar.
Lejos de desanimarse, Ángela toma las riendas de la investigación. Apoya a Curro desde las sombras, revisa hasta el último papel del capitán y no se detiene ante nada. Como ya vimos en los avances semanales, ella está decidida a presentar una denuncia formal. Sin embargo, en un giro inesperado, Curro intenta frenarla. ¿Por qué? Nadie lo entiende. ¿Miedo, estrategia, protección? Lo cierto es que la denuncia está al borde de ser presentada, y Lorenzo está más acorralado que nunca.
Y aquí llega la gran pregunta: ¿Por qué Lorenzo habría querido matar a Hann? Desde el inicio, el capitán le tenía una animadversión visceral. Hann era lista, valiente, lo desafiaba constantemente y no se dejaba manipular. Además, parecía conocer secretos del pasado de Lorenzo. Todo indica que el capitán la consideraba una amenaza y que habría decidido silenciarla en el peor momento, justo cuando estaba más débil por el disparo que recibió. ¿Fue ese envenenamiento un intento definitivo de eliminarla?
Pero aún hay más incertidumbre. Si aceptamos que Lorenzo la envenenó, ¿también fue él quien le disparó? ¿O hay otro enemigo oculto en las sombras, aún más peligroso, esperando su momento para actuar? La conexión entre ambos ataques es inquietante, y si están relacionados, Lorenzo se enfrenta a una caída catastrófica.
La atmósfera en La Promesa está más tensa que nunca. Las piezas se están moviendo y el castillo de naipes que Lorenzo construyó con mentiras, poder y violencia empieza a desmoronarse. Gracias a la tenacidad de Ángela y la valentía de Curro, la verdad comienza a salir a la luz. La justicia parece estar cada vez más cerca.
¿Será este el principio del fin del capitán Garrapata? ¿Podrá Ángela encontrar pruebas suficientes para que finalmente pague por todos sus crímenes? ¿O habrá un nuevo giro que complique aún más la historia?
Sea como sea, prepárate, porque esta semana en La Promesa promete emociones fuertes, secretos revelados y decisiones que marcarán el destino de todos.