En el capítulo del lunes 12 de mayo de La Promesa, las intrigas llegan a un punto crítico. Leocadia, cada vez más presionada por la amenaza de Eugenia, se deja arrastrar por los consejos de Lorenzo y decide tramar una peligrosa estrategia: convencer al Marqués Alonso de que su esposa, doña Cruz, sufre un desequilibrio mental. Esta movida busca desviar la atención de las acusaciones que Eugenia podría lanzar contra Leocadia, especialmente sobre su pasado y su relación con Jimena. La idea le resulta repulsiva al principio, pero el miedo y la ambición terminan ganando. Lorenzo, manipulador como siempre, le hace ver que sembrar dudas sobre la estabilidad emocional de Cruz podría incluso fortalecer su propia posición dentro del palacio.

Mientras tanto, Catalina y Adriano siguen organizando su boda secreta, creyendo que nadie los observa. Sin embargo, Leocadia ha ordenado investigar a la joven, tal vez para encontrar algo que deslegitime su enlace o frene una posible alianza ventajosa. El temor de ser descubiertos mantiene a la pareja en vilo, pero su amor los impulsa a continuar, pese al riesgo de que la Marquesa o Alonso lo descubran.

En paralelo, Curro y Lope, decididos a seguir con la investigación sobre el origen de Curro, necesitan fondos para viajar a un casino y contactar a un hombre llamado Basilio. Al no tener dinero, recurren a Vera y a Ángela en busca de ayuda. Vera accede a colaborar con una pequeña suma, mientras que Ángela, sin recursos, se siente atrapada entre la lealtad hacia Curro y su propia moral. Finalmente, cede a la tentación y roba dinero de Leocadia, acto que es sorprendido por su madre, generando una tensa confrontación entre ambas. Aun así, Ángela consigue entregar el dinero a Curro, pero exige saber la verdad detrás de la misión. Su implicación ahora es total.

En los pasillos del servicio, las tensiones también hierven. Rómulo y Pía están distanciados por un conflicto no resuelto: ella intentó acercarse a su pasado con buena intención, pero él lo vio como una invasión. Ricardo, el nuevo mayordomo, trata de mediar sin éxito, ya que Rómulo se cierra en banda. Por otro lado, Petra intenta redimirse de sus acciones pasadas mostrando un nuevo comportamiento, más amable y colaborador. No obstante, su historial de manipulaciones pesa demasiado, y sus compañeros no creen en su cambio. Es el Padre Samuel quien interviene, pidiendo al resto del servicio que le den una segunda oportunidad. A pesar de su llamado, la incredulidad persiste, aunque Petra gana un pequeño respiro.

Finalmente, Manuel enfrenta una inquietud personal: la extraña desaparición de Toño, su amigo cercano. Su ausencia no pasa desapercibida, y cuando reaparece de forma repentina, trae consigo un aura sombría. Manuel nota un cambio en él, algo roto en su mirada que sugiere que algo serio ha ocurrido durante su ausencia. Lo que Toño trae consigo no es solo una explicación, sino una nueva amenaza que promete alterar el ya frágil equilibrio en La Promesa.

El episodio cierra con el palacio sumido en secretos, planes ocultos y decisiones arriesgadas. Leocadia se lanza por un camino sin retorno al intentar manipular la percepción del Marqués sobre su esposa. Catalina y Adriano corren contra el reloj para casarse antes de que los descubran. Curro y Lope arrastran a Ángela a una peligrosa misión de búsqueda de identidad. Petra, por su parte, lucha por recuperar la confianza perdida, mientras Manuel enfrenta la inquietante verdad que trajo consigo el regreso de su amigo.

Así, la aparente calma de La Promesa se revela como un espejismo: bajo la superficie, cada personaje juega una partida distinta, buscando poder, redención o amor en medio de una red cada vez más enmarañada de traiciones y secretos.