La semana del 21 al 25 de abril llega cargada de emociones fuertes y giros inesperados en Sueños de libertad. La tensión se respira en cada rincón de la familia Merino, especialmente en el hospital, donde todos los ojos están puestos en Luis, aún inconsciente tras su segunda operación. Digna, quebrada por la culpa, empieza a convencerse de que lo que le ocurre a su nieto es un castigo divino por la muerte de Jesús. El miedo se apodera de ella: ¿y si Luis no vuelve a despertar?

Don Agustín aparece en el hospital para dar su apoyo a la familia en uno de los momentos más delicados. Finalmente, el doctor Herrera les da una buena noticia: Luis ha salido de quirófano y está fuera de peligro. Pero la tensión acumulada se cobra una víctima inesperada: Luz sufre una crisis de ansiedad, paralizada por el miedo, por la presión, por la culpa.

Mientras tanto, fuera del hospital, la guerra por el poder en la empresa y dentro de las familias sigue su curso. Damián, tras una reveladora conversación con Pelayo, pone en marcha su propio plan: investigar a Pedro. Contacta con un antiguo socio de Carpena, y sus sospechas empiezan a confirmarse. Andrés, aunque con reservas, le da su apoyo. María, siempre atenta, escucha todo. Y como buena estratega que es, guarda la información como un as bajo la manga, dispuesta a usarla a su favor cuando sea necesario.

En la perfumería, Carmen sufre un nuevo golpe: tras la intervención de Don Agustín, pierde a dos vendedoras. Pero no está sola. Fina y Claudia dan un paso al frente y se ofrecen a cubrir los turnos. La empresa tambalea, pero la voluntad de resistir aún no se ha quebrado.

Don Pedro, por su parte, presiona para convocar de inmediato la junta que aprobará la expansión a Estados Unidos. Encarga la presentación a Tasio, un movimiento que irrita profundamente a Joaquín. Pero con esto, Pedro asegura el voto del hijo bastardo de Damián. Ahora solo queda una ficha por mover: convencer a María. Ella tiene poder, y Pedro lo sabe.

En el colegio, Julia recibe malas noticias. María y Begoña vuelven a chocar, esta vez por la disciplina de la niña. Pero María, siempre hábil, aprovecha la situación: se gana la confianza de Julia y logra que interprete a Cenicienta en la obra escolar. Un pequeño triunfo que podría tener grandes consecuencias.

Mientras tanto, en el plano más íntimo, Manuela y Gaspar descubren con sorpresa que tienen más cosas en común de lo que imaginaban durante su primera cita. En paralelo, María se las ingenia para coincidir con Raúl una vez más. Sus planes son sutiles, pero determinados.

Don Pedro, obsesionado con la seguridad de la empresa, obliga a Andrés a repetir una y otra vez el protocolo de protección. Irene, por su parte, llega con noticias preocupantes sobre Fermín. Pedro aprovecha para visitarlo, buscando quizá respuestas o ventaja.

Damián no puede dormir. Una pesadilla lo despierta, con visiones que podrían ser más verdad que fantasía. Corre al hospital y, al llegar, se encuentra con un milagro: Luis ha abierto los ojos. La familia entera estalla en júbilo. Pero aún es pronto para cantar victoria, las secuelas podrían aparecer en cualquier momento.

Gema y Luz animan a Digna a aceptar la propuesta de matrimonio de Don Pedro. La presión sobre ella crece. Irene, por otro lado, estrecha lazos con el doctor Herrera, aunque empieza a sospechar que él guarda un secreto. ¿Qué oculta este hombre que parece tan íntegro?

Tras la junta, Damián y Andrés deciden tomar medidas drásticas contra María. Quieren forzarla a asumir su papel de tutora legal, algo que ella rechaza, argumentando que fue Jesús quien le confió esa misión. La batalla legal apenas comienza.

Damián, decidido a vencer a Pedro, recurre a métodos poco ortodoxos: los de su difunto hermano Jesús. Contrata a un detective privado. La guerra en las sombras está servida.

Tasio, tras su éxito en la junta, empieza a distanciarse de su familia. Está en la cima y quiere mantenerse ahí. Pero el precio de su ambición aún está por verse. Luz regresa al dispensario y allí encuentra algo inesperado. Un hallazgo que podría cambiarlo todo.

El enfrentamiento entre Pedro y Damián finalmente estalla en público. Las máscaras caen. Carpena advierte que De la Reina podría desaparecer de la empresa si Pedro no rectifica. Gema, en un giro doloroso, confiesa a Joaquín que debido a una dolencia cardíaca no podrá ser madre. Él queda devastado.

Begoña, preocupada por la creciente influencia de María sobre Julia, busca consuelo en Digna. Raúl y Andrés también se enfrentan por la crianza de la niña. Luz está al borde de ser denunciada, pero Digna interviene y logra evitar la acusación.

Damián, cada vez más convencido de que Jesús no se quitó la vida, empieza a encajar las piezas de un rompecabezas lleno de mentiras y secretos. Pedro, por su parte, reconoce que se equivocó con Galerías Miranda, pero insiste en presionar a Digna. Quiere control total.

Gema toma una decisión valiente: adopta. Y se lo comunica a Joaquín. No tener hijos biológicos no significa renunciar a la maternidad. Él, conmovido, la apoya.

Aunque Luis ha recibido el alta, Digna insiste en mantener a Luz alejada para protegerlo. María refuerza su vínculo con Julia, mientras Andrés, cada vez más seducido por las artimañas de la institutriz, empieza a acercarse peligrosamente a ella. Begoña, desesperada, teme perder a su hija.

En esta semana de Sueños de libertad, la verdad empieza a salir a la luz. Pero también se profundizan las heridas. Damián, impulsado por el amor, por la justicia y por la memoria de Jesús, ha iniciado una cruzada que lo puede cambiar todo. La pregunta es: ¿estará preparado para descubrir toda la verdad?