En La Promesa, cada jornada parece empujar a sus personajes a enfrentar decisiones irreversibles, verdades ocultas y sentimientos que ya no pueden negarse. Este martes no será la excepción. El capítulo 617 se presenta como un torbellino emocional, cargado de revelaciones, despedidas y una intriga que se vuelve cada vez más insoportable.

Curro continúa con su búsqueda incansable por descubrir quién fue el verdadero responsable de la muerte de su querida Jana. Su dolor no se ha apaciguado, y la promesa que le hizo tras su partida es lo que le da fuerza para seguir adelante. Cree haber encontrado una pieza clave del rompecabezas en Esmeralda, una figura envuelta en misterio, cuya actitud distante y evasiva solo refuerza sus sospechas. Aunque no será fácil obtener su ayuda, Curro siente que la verdad está más cerca que nunca, y no piensa rendirse hasta que se haga justicia.

En paralelo, una figura querida y fundamental en La Promesa toma una decisión que dejará huella: Rómulo ha resuelto abandonar para siempre la vida al servicio de los marqueses. Tras haber recuperado la conexión emocional con Emilia, el amor de su pasado, sueña con una existencia sencilla y libre, lejos del protocolo, los secretos y las intrigas del palacio. Esta no es una huida, sino un acto de libertad consciente. Rómulo ya no esconde su intención: quiere vivir lo que le queda junto a la mujer que ama, sin más deberes que el amor.

Por su parte, Ángela protagoniza una escena que impactará a todos. Frente al inminente intento de expulsión de su hija Leocadia, se planta con determinación. En los jardines del palacio, se niega a moverse. Sentada junto a las maletas de su hija, desafía la autoridad con la fuerza de una madre que no está dispuesta a permitir una injusticia más. No acepta reproches ni súplicas. No retrocederá. Lleva una vida demostrando que puede cuidarse sola, y ahora está dispuesta a demostrar que también puede luchar por quien ama, cueste lo que cueste.

En otro frente, el enigma de Adriano y el misterioso regalo del duque Elisandro sigue sin resolverse. El noble esperaba gratitud, quizás admiración o al menos una respuesta clara, pero Adriano solo ha mostrado desconcierto. El duque no logra comprender su reacción ambigua, lo que alimenta sus propias dudas. ¿Es falta de interés? ¿O hay algo que Adriano teme admitir incluso ante sí mismo?

Mientras tanto, Pía y Ricardo debaten intensamente sobre Samuel, quien ha tomado la sorprendente decisión de entregarse al obispado. Lo que más inquieta es su empeño en encontrar a Petra María Fernández, una figura que parece clave en esta historia. No tarda en confirmarse que fue él quien redactó una carta enviada recientemente, lo que levanta nuevas preguntas sobre sus verdaderas intenciones.

En la residencia, Alonso vuelve a presionar a Catalina para que acepten la oferta del duque. Se trata de un título nobiliario, una oportunidad de prestigio que podría cambiar el destino de la familia. Pero Catalina, firme en sus convicciones, rechaza la idea de recibir privilegios que no han buscado. Ni ella ni Adriano desean esa distinción. Para ellos, la nobleza debe nacer del corazón, no de un documento.

El capítulo también nos acerca a una resolución en la trama de Curro y el teniente López, quienes, imposibilitados de salir del recinto, coinciden en que la única manera de obtener información de Esmeralda es llevándola a La Promesa. A pesar de las advertencias de Pía sobre los peligros de esa acción, ambos empiezan a diseñar un plan discreto, en silencio, sabiendo que el menor error podría alertar a los enemigos.

El ambiente en La Promesa es tenso, cargado de emociones contenidas. Cada personaje está en un punto de inflexión. Algunos enfrentan verdades que no quieren aceptar. Otros, decisiones que marcarán el resto de sus vidas. Y algunos, como Curro, avanzan a ciegas, impulsados solo por una promesa hecha al amor perdido.

Este capítulo se vislumbra como uno de los más emotivos y determinantes de la temporada. Una despedida, un plan en marcha, un secreto a punto de estallar y varias alianzas que podrían romperse en cualquier momento. La fragilidad emocional y moral de cada personaje está al límite. Las decisiones que tomen hoy cambiarán sus destinos.