En este emotivo episodio de Sueños de Libertad, María enfrenta una de sus peores pesadillas: la posibilidad de ser abandonada en un asilo. Todo comienza cuando, con angustia, le confiesa an Andrés que últimamente ha estado un poco desorientada, pero insiste en que no está loca. Andrés trata de calmarla con paciencia, asegurándole que jamás pensaría eso de ella y explicándole que el lugar al que irá no es un manicomio, sino un sitio donde podrá recibir la atención médica que necesita.
Sin embargo, María no se siente convencida. Con un tono sarcástico, dice que pueden llamarlo como quieran para que suene mejor, pero para ella sigue siendo un asilo. Se siente traicionada y acusa a Andrés y a los demás de querer deshacerse de ella de la manera más cruel posible. Convencida de que Begoña está detrás de todo, le pregunta directamente si fue idea suya.
En ese momento, Damián interviene, intentando restarle importancia a sus palabra, pero Andrés toma el control de la situación y le pide a su padre que le deje hablar. Con cariño, trata de calmar a María, asegurándole que solo será por unos días y prometiéndole que él mismo la acompañará y la traerá de vuelta en cuanto se recupere.
María, sintiéndose profundamente herida, le recuerda que le había prometido que podría quedarse en casa hasta mejorar. Desesperada por seguridad, le pide que le jure que realmente podrá regresar. A pesar de su tristeza y dudas, finalmente acepta la decisión, diciendo que si su esposo realmente cree que esto es lo mejor para ella, entonces lo hará.
Un momento desgarrador que deja en el aire la pregunta: ¿será esto realmente temporal o el inicio de un abandono definitivo? 😢💔
En este emotivo episodio de Sueños de Libertad, María enfrenta una de sus peores pesadillas: la posibilidad de ser abandonada en un asilo. Todo comienza cuando, con angustia, le confiesa an Andrés que últimamente ha estado un poco desorientada, pero insiste en que no está loca. Andrés trata de calmarla con paciencia, asegurándole que jamás pensaría eso de ella y explicándole que el lugar al que irá no es un manicomio, sino un sitio donde podrá recibir la atención médica que necesita.
Sin embargo, María no se siente convencida. Con un tono sarcástico, dice que pueden llamarlo como quieran para que suene mejor, pero para ella sigue siendo un asilo. Se siente traicionada y acusa a Andrés y a los demás de querer deshacerse de ella de la manera más cruel posible. Convencida de que Begoña está detrás de todo, le pregunta directamente si fue idea suya.
En ese momento, Damián interviene, intentando restarle importancia a sus palabra, pero Andrés toma el control de la situación y le pide a su padre que le deje hablar. Con cariño, trata de calmar a María, asegurándole que solo será por unos días y prometiéndole que él mismo la acompañará y la traerá de vuelta en cuanto se recupere.
María, sintiéndose profundamente herida, le recuerda que le había prometido que podría quedarse en casa hasta mejorar. Desesperada por seguridad, le pide que le jure que realmente podrá regresar. A pesar de su tristeza y dudas, finalmente acepta la decisión, diciendo que si su esposo realmente cree que esto es lo mejor para ella, entonces lo hará.