Esta semana, La Promesa entra en una espiral de tensión, traición y emociones al límite. Entre los capítulos 571 y 575 (del 7 al 11 de abril), la atmósfera del palacio se vuelve asfixiante. Curro, cada vez más paranoico y herido, está convencido de que intentaron matarlo, mientras Alonso, ajeno al peligro real, se deja envolver por el encanto envenenado de Leocadia, quien lo conduce directa e insospechadamente a una trampa mortal.
La situación se complica con la repentina desaparición de Antoñito tras una discusión violenta. Simona, rota por el dolor, teme haber perdido a su hijo para siempre. En su intento por reconstruir ese vínculo, se enfrenta al desprecio del joven y a la intromisión de Samuel, cuyas intenciones parecen ocultar algo más que preocupación. La tensión estalla y Antoñito huye del palacio, dejando tras de sí un silencio inquietante y un portón cerrado con estruendo.
Mientras tanto, en el corazón del drama, Alonso empieza a sonreír de nuevo… sin sospechar que esa sonrisa es la antesala de una caída dolorosa. Leocadia, astuta y calculadora, se ha convertido en su confidente, su refugio emocional. Poco a poco, gana influencia en el palacio con una mezcla de ternura aparente y manipulaciones sutiles. Muchos la ven como una aliada valiente, pero otros —como Lorenzo— intuyen el peligro que encierra su cercanía.
Las alarmas se disparan cuando Alonso la sorprende hurgando entre los objetos personales de su esposa encarcelada. Aunque duda, su necesidad de consuelo es tan grande que no la confronta, abriendo así la puerta para que Leocadia avance aún más en su juego siniestro.
A la par, Pía y Curro no se quedan de brazos cruzados. Unidos por la verdad y por el miedo, traman un plan arriesgado para desenmascarar a los verdaderos responsables de los atentados sufridos en el palacio. Pía está dispuesta incluso a arriesgar su libertad con tal de proteger a Curro y honrar la memoria de Jana.
En otro frente, Martina continúa su lucha por defender a Adriano, tratando de convencer a Catalina de que merece otra oportunidad. Su regreso al palacio aviva recuerdos, desconfianzas y un posible nuevo comienzo… o un nuevo error.
Y mientras todo esto ocurre, María Fernández se debate entre el duelo por Jana y su permanencia en La Promesa. A punto de marcharse, una conversación reveladora con Lope la hace recapacitar. A veces quedarse es más difícil… pero también más valiente.
La semana culmina con una escena decisiva: Alonso, cada vez más vulnerable, se acerca peligrosamente al abismo que Leocadia ha cavado bajo sus pies. ¿Descubrirá a tiempo la verdad? ¿O será su confianza su mayor error?