Este martes, La Promesa llega cargada de tensión, cambios definitivos y un giro que podría ser clave en la resolución del misterio que ha mantenido en vilo a Curro. Los hilos de la historia se entrelazan con emociones intensas, viejas heridas y determinaciones que marcarán el rumbo de varios personajes.
En el corazón de la trama, Curro no se detiene en su lucha por hacer justicia a la memoria de Hann, esa joven que marcó su vida y cuya trágica muerte continúa siendo un rompecabezas por resolver. Junto a Pía, quien se ha convertido en una aliada fiel, se centra en identificar al verdadero culpable. Todo apunta a que Esmeralda guarda información clave, algo que podría desvelar la verdad de una vez por todas. Sin embargo, lograr que coopere no será fácil. Esmeralda es escurridiza, enigmática, y parece más interesada en proteger secretos que en esclarecerlos.
Pero Curro no cede. Su promesa a Hann sigue firme, y eso lo empuja a arriesgar incluso su seguridad. Está convencido de que la verdad está al alcance, y que el momento de actuar se acerca.
En medio de esta tormenta, Rómulo, el leal y sereno mayordomo de la Promesa, toma una de las decisiones más importantes de su vida. Después de muchos años de dedicación absoluta al servicio del palacio y de los marqueses, y tras un emotivo reencuentro con Emilia, el amor que creía perdido, Rómulo decide dejarlo todo atrás. Su deseo es tan simple como profundo: tener una vida tranquila, lejos de las tensiones del palacio, para vivir plenamente junto a la mujer que ama.
Ha comenzado a comunicar su decisión a quienes le rodean, dejando claro que su tiempo en La Promesa ha concluido. Lo que busca ahora es paz, afecto verdadero y la libertad de ser simplemente él mismo, sin jerarquías, sin uniformes, sin deberes impuestos. Una despedida inminente que conmoverá a más de uno.
Mientras tanto, la joven Ángela protagoniza uno de los actos de rebeldía más conmovedores del episodio. Tras ser forzada a abandonar el recinto por su madre, Leocadia, se niega rotundamente a hacerlo. Con sus maletas a un lado y sentada en los jardines del palacio, Ángela desafía abiertamente a la autoridad materna, afirmando que no permitirá que la expulsen sin luchar por su lugar. Ni súplicas ni amenazas lograrán que dé un paso atrás. Es un gesto de dignidad y de determinación que revela hasta qué punto está dispuesta a defender su autonomía.
Por otra parte, la tensión crece entre Lisandro y Adriano. El duque esperaba una reacción clara y decidida del joven frente al misterioso obsequio que le entregó —una señal simbólica, una invitación, quizás un gesto con segunda intención—. Pero la frialdad e incertidumbre de Adriano desconciertan al duque, que no comprende si su silencio responde a una duda real o a un rechazo disfrazado. La ambigüedad se convierte en amenaza.
En un rincón del palacio, Pía y Ricardo debaten un hecho inesperado que podría tener consecuencias religiosas y personales: Samuel se ha denunciado a sí mismo ante el obispado. Su comportamiento, inquietante y difícil de descifrar, incluye además la búsqueda insistente de Petra. La verdad no tarda en salir a la luz: fue él quien envió una carta cuyo contenido aún genera intrigas. María Fernández lo confirma, aumentando el misterio que rodea sus intenciones.
Al mismo tiempo, el conflicto entre los deseos individuales y las imposiciones sociales se intensifica. Alonso presiona a Catalina para que acepte la oferta del duque, un título nobiliario que podría elevar aún más el estatus de la familia. Pero Catalina y Adriano no están interesados en títulos, ni en coronas vacías. Prefieren conservar su integridad antes que ganar un honor que sienten que no necesitan. No todo lo que brilla vale la pena.
Finalmente, el plan que podría cambiarlo todo se pone en marcha. Curro y López, atrapados en la incertidumbre y sin poder moverse libremente, llegan a la conclusión de que la única forma de obtener información vital de Esmeralda es llevándola al palacio. Aunque Pía los advierte de los peligros que esa acción podría conllevar, ambos creen que es la única opción si quieren conocer la verdad y no levantar sospechas. El plan será silencioso, discreto, y tendrá que ejecutarse con extrema cautela.
La Promesa, este martes 17 de junio, nos ofrece un capítulo lleno de decisiones difíciles, despedidas con sabor a libertad, y verdades que ya no pueden permanecer ocultas. La emoción está garantizada.