En el próximo capítulo de Sueños de Libertad, un giro inesperado sacude la estabilidad de la fábrica. En un momento de aparente normalidad, Gabriel, aprovechando un descuido y moviéndose con absoluta discreción, logra infiltrarse en el laboratorio. Con una calma inquietante, examina con rapidez los frascos dispuestos sobre la mesa de trabajo, hasta identificar la muestra exacta del nuevo perfume de Coveaga: una fórmula aún en fase de desarrollo que podría significar un gran avance para la empresa.

Con manos firmes y sin dejar huella, toma uno de los frascos y lo guarda cuidadosamente. Su rostro no muestra remordimiento; al contrario, su mirada fría y calculadora delata que este acto fue planeado. Gabriel no ha cometido un robo por impulso. Detrás de su acción hay una estrategia más profunda, una motivación oculta que aún no ha salido a la luz, pero que podría cambiar el curso de los acontecimientos dentro y fuera de la fábrica.

Mientras tanto, en otra parte del edificio, nadie sospecha que algo ha sido sustraído. El ritmo del trabajo continúa con normalidad y el equipo de desarrollo sigue confiando en la seguridad de su entorno. Pero ese equilibrio está a punto de romperse. La desaparición de la muestra no pasará desapercibida por mucho tiempo. Solo falta que alguien intente replicar el experimento o verificar el inventario para que estalle la alarma.

En paralelo, Gabriel se muestra más sereno que nunca, como si llevar consigo esa pequeña muestra le diera poder. ¿Planea venderla? ¿Entregarla a la competencia? ¿O acaso se trata de una venganza personal disfrazada de espionaje industrial? Las respuestas aún no son claras, pero lo cierto es que ha dado un paso irreversible.

Este movimiento marca el inicio de una serie de traiciones y maniobras silenciosas dentro del universo de Sueños de Libertad. La confianza, tan frágil como el cristal del frasco robado, empieza a resquebrajarse. Y si alguien descubre lo que ha hecho Gabriel, no solo se enfrentará al desprecio de sus compañeros, sino también a consecuencias legales devastadoras.

Lo que parecía una simple jornada más en la fábrica se convierte en el punto de partida de un nuevo conflicto que pondrá en jaque a los personajes y los obligará a replantearse quién es verdaderamente leal… y quién está dispuesto a traicionar a todos con tal de obtener lo que quiere.

¿Podrá Gabriel mantener su secreto? ¿Quién será el primero en sospechar? Y, lo más importante, ¿para qué realmente necesita esa muestra?
Lo que viene promete tensión, revelaciones y una lucha silenciosa por el control de lo más valioso: el futuro de la empresa.