La búsqueda de Jana por descubrir la verdad detrás de la misteriosa mancha roja en la alfombra la ha llevado por un camino peligroso y lleno de secretos. Después de confirmar que ni Dolores ni Tomás fueron las víctimas de aquel suceso, Jana está convencida de que alguien más estuvo presente aquella fatídica noche. Con determinación, decide buscar respuestas en la única persona que podría saber más: Leocadia.

Leocadia, tras notar la insistencia de Jana y ver que no piensa detenerse, finalmente decide mostrarle la verdad en lugar de solo contarla. Sin más advertencias, la lleva por los pasillos oscuros del palacio hasta un pasaje secreto que pocos conocen. Allí, en un rincón olvidado y oculto, Jana se enfrenta a la escena más aterradora que jamás imaginó: un cuerpo.

El aire se vuelve espeso y la linterna tiembla en sus manos cuando ilumina los restos humanos escondidos bajo el suelo. Un grito de horror escapa de su garganta antes de que pueda contenerse. Su mente se niega a procesar lo que ve, pero su corazón sabe que finalmente ha encontrado la respuesta a su búsqueda.

Con la voz temblorosa, pregunta a Leocadia quién es la víctima. La anciana, con el rostro marcado por el peso de los recuerdos, murmura un nombre que resuena como un trueno en los oídos de Jana: Lola, la antigua criada del palacio.

Jana siente un escalofrío recorrer su espalda. ¿Cómo pudo terminar allí? ¿Qué le pasó realmente? Leocadia, con la mirada llena de rencor, le revela la escalofriante verdad: Lola tenía un romance con Tomás, y eso fue suficiente para que Cruz Luján decidiera que no merecía seguir viviendo.

Todo encaja de golpe. Las manchas rojas en la alfombra, las mentiras de la marquesa, las amenazas veladas… todo llevaba a una única conclusión: Cruz es la responsable de su muerte.

El cuerpo de Jana tiembla de rabia, sus ojos se llenan de lágrimas de furia. “Tiene que pagar por esto”, susurra con determinación. Sabe que desenmascarar a Cruz será peligroso, pero ya no puede ignorar lo que ha descubierto. Leocadia la advierte: Cruz no es alguien que acepte ser expuesta sin luchar. Si decides enfrentarte a ella, debes estar preparada para lo peor.

Pero Jana no piensa retroceder. Ha llegado demasiado lejos para detenerse ahora. Su decisión está tomada: hará justicia, cueste lo que cueste.

Lo que viene a continuación en La Promesa cambiará el destino de todos. Jana ha desenterrado un secreto que podría derrumbar a los Luján, pero ¿podrá sobrevivir a las consecuencias?