En el episodio 330 de Sueños de Libertad, titulado “Sé que me amas, pero siento que Don Luis no me valora”, la relación entre Marta y Fina se ve puesta a prueba por las expectativas familiares y las tensiones laborales. Marta, al frente de la empresa familiar, enfrenta desafíos para equilibrar su vida profesional y su relación con Fina.
Fina, sintiéndose desplazada y no reconocida en su papel dentro de la empresa, expresa sus inseguridades a Marta. A pesar de las muestras de afecto de Marta, Fina percibe que Don Luis, el patriarca de la familia, no valora su contribución ni su presencia en el entorno laboral. Esta sensación de invisibilidad y falta de reconocimiento genera en Fina dudas sobre su lugar en la vida de Marta y en la empresa.
La trama se complica cuando Don Luis, al enterarse de la creciente cercanía entre Marta y Fina, interviene en sus asuntos personales y profesionales. Sus acciones y comentarios refuerzan la sensación de Fina de ser una intrusa en un mundo que no la acepta completamente.
Marta, atrapada entre su lealtad a su familia y su amor por Fina, se ve obligada a tomar decisiones difíciles. Mientras intenta mediar entre las expectativas de su padre y las necesidades emocionales de Fina, Marta se enfrenta a la realidad de que su amor por Fina podría no ser suficiente para superar las barreras impuestas por su entorno.
El episodio 330 profundiza en las dinámicas de poder, amor y pertenencia, mostrando cómo las relaciones personales pueden verse afectadas por las estructuras familiares y sociales. La lucha de Fina por encontrar su lugar en un mundo que la margina resalta las tensiones entre el deseo de ser amada y la necesidad de ser respetada y valorada.
Este capítulo deja a los espectadores con la incertidumbre sobre el futuro de Marta y Fina, cuestionando si el amor puede prevalecer sobre las expectativas familiares y si es posible encontrar un equilibrio entre el deseo personal y las obligaciones sociales.