Un día que comenzaba con total normalidad para Gema se convierte en una de las jornadas más tristes de su vida, tras recibir una llamada telefónica que cambiará su mundo por completo. El capítulo de Sueños de Libertad nos sumerge en una escena dolorosa, donde la pérdida inesperada golpea de lleno el corazón de uno de sus personajes más queridos.
Todo comienza con Gema alistándose para salir de casa cuando suena el teléfono. Al otro lado de la línea está su primo Marcial. Con voz apurada, Gema responde con una sonrisa: “Hola, Marcial. Justo me pillas saliendo, pero dime, ¿cómo va todo por Benavente?”. La conversación apenas dura unos segundos antes de que la expresión de Gema cambie por completo. Una mezcla de confusión, incredulidad y angustia se apodera de su rostro.
“¿Cómo? Pero no puede ser…”, dice entrecortadamente, su voz ya temblando. “¿Qué le ha pasado?”. Del otro lado, Marcial le da una noticia devastadora: Vega, la prima de Gema, ha fallecido de manera repentina. Las palabras la paralizan. “¿Pero así, de repente?”, pregunta en un intento desesperado por entender. Pero no hay respuestas suficientes que calmen el impacto de una pérdida así.
A su lado, su esposo Joaquín, al notar el tono con el que habla por teléfono, comienza a preocuparse. “¿Qué pasa, Gema?”, pregunta, sin obtener respuesta inmediata. Gema apenas logra articular una frase mientras cuelga: “Sí… claro que lo entiendo… Esta misma noche iremos para allá. Sí… mucho ánimo, primo. Adiós”.
Cuando Joaquín vuelve a insistir, buscando entender qué está ocurriendo, Gema finalmente se derrumba: “Tenemos que irnos hoy mismo a Benavente”. Él, aún sin comprender la gravedad de la situación, intenta colaborar con lo necesario para el viaje. Pero la noticia golpea con toda su fuerza cuando Gema, con voz apagada y ojos vidriosos, le revela lo que acaba de escuchar: “Mi prima Vega ha muerto”.
La frase se queda flotando en el aire. Joaquín, conmovido y desconcertado, no tarda en abrazarla. “¿Cómo?… Cariño, lo siento mucho…”, dice mientras la estrecha con fuerza. Gema, que hasta ese momento intentaba mantenerse fuerte, se rompe por completo. Las lágrimas que había intentado contener comienzan a brotar, y con ellas, toda la tristeza que la invade.
Este momento, aunque breve, se convierte en uno de los más intensos emocionalmente del capítulo. Gema no solo pierde a una prima, sino a una figura muy importante de su pasado, alguien con quien compartió recuerdos, infancia, confidencias y afectos. Aunque la relación se mantuviera a distancia, el lazo era profundo. Y el hecho de que su muerte haya sido tan repentina hace todo más difícil de asimilar.
La escena avanza con la pareja organizándose apresuradamente para el viaje. Joaquín intenta encargarse de lo práctico: la maleta, el coche, avisar a quienes deben saber que estarán fuera. Pero Gema, aunque presente físicamente, parece perdida en su propio dolor. En su mirada hay un vacío, ese tipo de tristeza que no se puede llenar con palabras, solo con presencia y tiempo.
Mientras preparan todo, Gema recuerda algunos momentos compartidos con Vega. En voz baja, le cuenta a Joaquín cómo de niñas pasaban los veranos juntas, cómo compartían secretos en las noches y cómo, incluso con el paso del tiempo y la distancia, siempre mantuvieron contacto. Su dolor es auténtico, profundo, como solo puede serlo cuando se pierde a alguien que forma parte del alma.
En paralelo, la noticia de la muerte de Vega comienza a circular entre otros personajes cercanos, generando distintas reacciones. Algunos se sorprenden por lo repentino, otros se preocupan por Gema y cómo esto puede afectarla emocionalmente. Digna, al enterarse, se muestra dispuesta a acompañarla si lo necesita, mientras Begoña, más reservada, expresa su apoyo a través de Joaquín.
Pero el centro de esta escena es Gema. La vemos luchar con la necesidad de mantenerse firme mientras su interior se desmorona. En un momento particularmente desgarrador, se sienta en el borde de la cama con una foto antigua de ella junto a Vega. La acaricia con los dedos como si pudiera traerla de vuelta, y le susurra: “¿Por qué tan pronto? Aún teníamos tantas cosas pendientes…”
La dirección de la escena es íntima, con planos cerrados que capturan la vulnerabilidad de Gema, y una música suave de fondo que acentúa el silencio entre las palabras. Todo se mueve en cámara lenta emocional, como si el tiempo también estuviera de luto.
Finalmente, la noche cae y Gema, ya con el rostro lavado pero la tristeza intacta, se despide de la casa. Joaquín la acompaña hasta el coche. Justo antes de subir, ella se detiene y le dice: “Gracias por estar aquí. No sabes lo que significa para mí”. Él no responde con palabras, simplemente le toma la mano con fuerza y le sonríe con ternura.
Este capítulo, con la noticia de la muerte de Vega, abre una nueva etapa emocional para Gema. Se avecinan momentos de duelo, de recuerdos intensos, y probablemente de reencuentros familiares cargados de emociones. La pérdida sacude no solo su presente, sino también su forma de ver el futuro, y la hará replantearse qué personas realmente importan en su vida.
Sueños de Libertad vuelve a tocar el alma de su audiencia al recordarnos que, incluso en medio de las historias de amor, poder y traición, la muerte sigue siendo un hilo que nos conecta a todos. Y que el dolor, cuando es compartido, se sobrelleva mejor.