Este capítulo de Sueños de Libertad nos regala uno de los momentos más intensos y emotivos entre Marta y Fina, justo antes de la boda de Marta. Fina, después de luchar contra sus sentimientos y el dolor de ver a Marta casarse con otra persona, finalmente se arma de valor para verla una última vez.
Cuando llega, Marta se muestra visiblemente aliviada de verla sana y salva, dejando entrever el torbellino de emociones que ha estado sintiendo. Fina, todavía afectada por la situación, admite que todo ha sido un caos y que no sabe cómo manejarlo. Marta, con comprensión, le confiesa que ni siquiera su propia boda tiene sentido, porque en su corazón, nada de esto es real.
Para reforzar sus sentimientos, Marta revela que envió un mensaje a Fina a través de Andrés, una señal clara de que sus pensamientos siempre han estado con ella. En ese instante, Fina le entrega un ramo de flores cultivadas por su padre, un gesto profundamente simbólico que refleja su amor inquebrantable. Con voz temblorosa pero segura, le promete a Marta que, pase lo que pase, siempre estarán unidas y que nada podrá separarlas.
Conmovida hasta lo más profundo, Marta le recuerda que su historia no ha terminado, que aún tienen muchas flores por plantar y momentos por compartir. Y entonces, en medio de lágrimas y emociones desbordadas, le confiesa su amor sin reservas. En un último instante lleno de pasión y despedida, ambas se abrazan y se entregan a un beso que sella su amor, desafiando la dolorosa realidad que las rodea.
Este capítulo de Sueños de Libertad nos regala uno de los momentos más intensos y emotivos entre Marta y Fina, justo antes de la boda de Marta. Fina, después de luchar contra sus sentimientos y el dolor de ver a Marta casarse con otra persona, finalmente se arma de valor para verla una última vez.
Cuando llega, Marta se muestra visiblemente aliviada de verla sana y salva, dejando entrever el torbellino de emociones que ha estado sintiendo. Fina, todavía afectada por la situación, admite que todo ha sido un caos y que no sabe cómo manejarlo. Marta, con comprensión, le confiesa que ni siquiera su propia boda tiene sentido, porque en su corazón, nada de esto es real.
Para reforzar sus sentimientos, Marta revela que envió un mensaje a Fina a través de Andrés, una señal clara de que sus pensamientos siempre han estado con ella. En ese instante, Fina le entrega un ramo de flores cultivadas por su padre, un gesto profundamente simbólico que refleja su amor inquebrantable. Con voz temblorosa pero segura, le promete a Marta que, pase lo que pase, siempre estarán unidas y que nada podrá separarlas.
Conmovida hasta lo más profundo, Marta le recuerda que su historia no ha terminado, que aún tienen muchas flores por plantar y momentos por compartir. Y entonces, en medio de lágrimas y emociones desbordadas, le confiesa su amor sin reservas. En un último instante lleno de pasión y despedida, ambas se abrazan y se entregan a un beso que sella su amor, desafiando la dolorosa realidad que las rodea.