En un episodio cargado de tensión y emoción, La Promesa nos entrega uno de los momentos más dramáticos de la serie: Eugenia, completamente alterada y decidida a ver el bautizo de sus sobrinos, escapa de su confinamiento con un arma, amenazando con desatar una tragedia. La jornada, que debía ser festiva y familiar, se transforma en una pesadilla cuando Eugenia irrumpe en plena ceremonia y toma al pequeño Andrés en brazos, llevándoselo entre gritos, acusaciones y una amenaza de muerte.
Mientras el caos se apodera del palacio, Curro, tras descubrir una carta inquietante de su madre, corre desesperadamente para evitar lo peor. Su búsqueda lo lleva hasta la Torre Este, donde encuentra a Eugenia al borde del abismo, literalmente, dispuesta a lanzarse con el bebé. Allí, en una escena estremecedora, Curro logra llegar a su corazón con palabras llenas de compasión, amor y desesperación. Su súplica consigue el milagro: Eugenia baja el arma, retrocede y le entrega el bebé a su hijo antes de caer de rodillas, completamente devastada.
Gracias a ese momento de conexión pura, Curro no solo salva la vida de su madre y del bebé, sino también el honor de toda la familia. Su gesto heroico no pasa desapercibido: al día siguiente, Alonso lo reconoce oficialmente como el noble que es por derecho, restaurando su estatus familiar. Sin embargo, la calma apenas empieza: Eugenia es trasladada a un sanatorio para su recuperación, mientras las intrigas continúan tejiéndose en los rincones del palacio, especialmente bajo la calculadora mirada de Leocadia, quien aprovecha la situación para seguir manipulando a su favor.
El episodio es un punto de inflexión tanto emocional como argumental: una madre rota, un hijo convertido en héroe, y un futuro que, aunque incierto, empieza a vislumbrar un atisbo de esperanza.