El capítulo comienza con la esperada boda de Marta y Pelayo. Aunque los nervios están presentes, ambos sellan su amor con un firme “Sí, quiero”, bajo la mirada atenta de sus familias. Sin embargo, la tensión crece cuando la madre de Pelayo desaprueba la ausencia de Jesús, el hermano de Marta. A pesar de las críticas, Marta mantiene su posición y deja claro que su matrimonio será bajo sus propios términos.
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, Digna recibe un documento que podría cambiarlo todo: la confesión escrita de Jesús sobre sus crímenes. Con este as en la manga, decide enfrentarlo cara a cara. Al verse acorralado, Jesús reacciona con desesperación y, temiendo perderlo todo, saca un arma. La tensión se eleva cuando le exige a Digna que le entregue la declaración, pero ella se mantiene firme.
Jesús, con la voz temblorosa, la amenaza, pero Digna lo desafía sin miedo. En medio del enfrentamiento, un sonido repentino interrumpe la escena. En un instante, todo cambia: el arma se dispara y Jesús cae al suelo, malherido. Con su último aliento, le hace un ruego a Digna: que le diga a su hija cuánto la quiere. Poco después, sus ojos se cierran para siempre.
El destino de Jesús ha sido sellado en el peor de los desenlaces. La pregunta ahora es: ¿cómo afectará esto a Digna y al resto de la familia?