En este episodio, Raúl y María, junto a Tere, mantienen una conversación ligera y amistosa. Raúl menciona un partido de fútbol entre el Zaragoza y el Elche, pidiendo a María que elija un equipo. Ella responde que su padre era del Zaragoza, por lo que se queda con ese. Raúl expresa su esperanza de que le dé suerte, ya que últimamente le está yendo bien con las apuestas. María nota su felicidad y él confirma que está contento y satisfecho con cómo van las cosas, sugiriendo que su bienestar no solo se debe a las apuestas, sino también a su vida en general, posiblemente por lo que está compartiendo con ella.
Raúl propone celebrar juntos y sugiere volver al mismo lugar donde estuvieron antes, un sitio tranquilo o especial, para seguir practicando con el coche. Le comenta que aún no domina bien el uso del embrague, y María, comprensiva, le dice que eso requiere tiempo y práctica. Justo en ese momento, aparece Begoña de forma inesperada. Raúl, pensando que quizás necesita que la lleve a algún lado, le pregunta amablemente, pero ella responde que solo vino por un vaso de agua y le da las gracias. Raúl se despide cortésmente diciendo que se va al garaje, dejando a María y Begoña solas.
Este capítulo muestra una interacción cotidiana entre los personajes, destacando la complicidad y el apoyo mutuo entre Raúl y María, así como la dinámica que se establece con la aparición inesperada de Begoña.