En este episodio de Sueños de Libertad, capítulo 312, Marta y Pedro se enfrentan a una situación tensa y estratégica en torno a las fragancias de los grandes almacenes Miranda, justo en vísperas del importante aniversario de Valerías Miranda. El tiempo apremia, y cualquier paso en falso podría significar la pérdida de un contrato crucial.
La escena inicia con Pedro observando a Marta, quien trabaja intensamente. Marta se percata de su presencia y le pregunta cuánto tiempo lleva allí. Pedro responde que acaba de llegar, pero que prefirió no interrumpirla al verla ocupada. Entonces va directo al tema que los preocupa: ¿hay novedades sobre las fragancias Miranda?
Marta se muestra cautelosa y pregunta a qué se refiere. Pedro explica que ha estado tratando de localizar a Tasio, el encargado de entregar las muestras, sin éxito. Supone que probablemente está en Getafe, haciendo precisamente esa entrega. Pero Marta se molesta: ella había pedido que las muestras se entregaran a primera hora del día, no más tarde. El retraso le parece inaceptable, especialmente considerando el historial de negociaciones tensas con los Miranda.
Pedro intenta calmar la situación explicando que la entrega se retrasó para ultimar detalles y mejorar el diseño de presentación. Sin embargo, Marta, claramente estresada, deja ver su frustración. Para ella, este acuerdo ha sido una lucha constante y lo único que desea es cerrarlo de una vez por todas.
A pesar del nerviosismo de Marta, Pedro insiste en mantener la cabeza fría. Le recuerda que ni siquiera saben con certeza si Tasio ya entregó las muestras, y sugiere contactar directamente a Miranda para confirmar. Pero Marta se opone firmemente. Para ella, llamar a estas alturas podría transmitir desesperación y ponerlos en desventaja. Prefiere esperar a que Tasio regrese y les dé un informe detallado de cómo fue la entrega y cuál fue la recepción por parte de los Miranda.
No obstante, la tensión en Marta va en aumento. Sabe que cualquier demora les da a los Miranda la oportunidad de reconsiderar el trato o introducir nuevas condiciones. Además, recuerda que la señora Miranda ha sido especialmente difícil en las negociaciones y teme que ahora empiece a entrometerse en el diseño de producción, complicando aún más el proceso.
Pedro, siempre más mesurado, identifica otro problema: no hay confirmación oficial de que el competidor directo (una línea de fragancias florales) realmente se haya retirado del proceso de selección. Todo se basa en suposiciones, y él considera que un contrato tan lucrativo no se dejaría ir sin una fuerte competencia. Marta asiente, pero insiste en que deben actuar con información clara: quiere estar al tanto de cualquier novedad tan pronto como ocurra, ya sea el regreso de Tasio o una respuesta directa de Miranda.
Pedro le promete que será así, y la conversación termina con ambos compartiendo una sensación de inquietud. Para Marta, esto no es solo un negocio: es una cuestión de reputación, de poder y de estrategia. Ella no está dispuesta a ceder ante la incertidumbre, pero tampoco quiere parecer débil o ansiosa. Como bien deja claro con su actitud, no está desesperada… es la Reina.
Este fragmento del episodio encapsula el pulso de poder que se juega en el mundo de los negocios de Marta, un entorno donde la imagen, la precisión y la sangre fría son tan importantes como los propios productos. Marta, como figura de autoridad y control, se esfuerza por manejar la situación sin perder su ventaja, pero la sombra del fracaso se cierne cada vez más cerca, haciéndola cuestionar si su paciencia será suficiente.
El episodio también deja claro que la relación entre Marta y Pedro está basada en la confianza, pero también en la tensión. Pedro representa la razón estratégica y el equilibrio, mientras que Marta simboliza la presión de los resultados y la imagen pública. Juntos intentan sostener una operación delicada, cuyo desenlace podría definir el futuro de sus negocios.
Un capítulo lleno de nerviosismo y expectación, donde cada segundo cuenta y cada decisión podría tener un precio muy alto. ¿Volverá Tasio con buenas noticias? ¿Responderán los Miranda de forma favorable? ¿Se revelará que el competidor sigue en juego? Todo queda en el aire, en una partida de ajedrez donde Marta no está dispuesta a ceder ni una casilla.