En este impactante episodio de Sueños de libertad, un oscuro capítulo del pasado sale a la luz cuando Begoña se encuentra con la doctora Luz en un orfanato, lugar al que acudió tras recibir indicaciones de que la encontraría allí. Luz, visiblemente cansada, le comenta que necesitaba un respiro, pero accede a conversar cuando Begoña le pide hablar de un tema importante.
Begoña no tarda en ir al grano: encontró el expediente médico de Luis mientras organizaba unos informes y exige saber por qué Luz no se lo mencionó antes. Luz admite que tenía intención de contárselo, pero no lo hizo porque Luis le pidió mantenerlo en secreto. Al parecer, él temía que la familia de la reina se enterara de su condición –anosmia, la pérdida del olfato– y eso perjudicara su posición.
Aunque herida por la falta de confianza, Begoña entiende la situación tras escuchar la explicación de Luz, quien resalta que actuó por respeto a la vulnerabilidad de Luis. Sin embargo, lo más desconcertante aún estaba por revelarse. Al mencionar que la anosmia fue causada por un golpe en la cabeza, Begoña no puede evitar preguntar si fue un accidente.
Con gran pesar, Luz confiesa que no fue un accidente: la lesión ocurrió tras una violenta pelea con Jesús. Al descubrir un secreto personal de Luz, Jesús intentó manipular a Luis con amenazas, obligándolo a votar a su favor en la junta. Luis, sin embargo, se negó a ceder al chantaje. Como represalia, Jesús lo agredió físicamente, causándole el daño que resultó en la pérdida de su olfato.
Begoña, horrorizada, comprende entonces que la sombra de Jesús aún pesa sobre todos, incluso después de su muerte.
