En el capítulo 590 de La Promesa, el destino da un vuelco inesperado cuando Petra se convierte en testigo de un momento que jamás debería haber presenciado: un beso furtivo entre María Fernández y Samuel. Oculta entre sombras y silencio, sus ojos se clavan en la pareja con una intensidad que presagia tormenta. El amor nace en lugares insospechados, pero ¿a qué precio?
Mientras este beso prohibido incendia el aire con promesas y peligros, otros secretos también salen a flote en los rincones más oscuros del palacio. Catalina y Adriano, decididos a desafiar todas las convenciones, se preparan para una boda clandestina lejos del escrutinio de Leocadia y los ojos juiciosos de la familia Luján. El pequeño oratorio olvidado en los terrenos de La Promesa se convierte en refugio sagrado de su amor. Allí, rodeados de penumbra y fe, el padre Samuel les ofrece su bendición en un acto valiente de rebeldía bendecida.
Catalina, vestida con sencillez, ata la corbata de Adriano con manos temblorosas, mientras él le declara que su futuro solo tiene sentido a su lado. El padre Samuel, aunque al principio dudoso, cede ante la fuerza del amor verdadero y se convierte en cómplice de esta unión secreta. “Que vuestro amor sea el cimiento de esta unión clandestina”, bendice el sacerdote, sabiendo que el más mínimo desliz podría hacer que todo se derrumbe.
Sin embargo, mientras la felicidad florece en secreto, una nube de preocupación ensombrece el corazón de Simona. Aunque se emociona con la noticia del matrimonio de Catalina —una joven a quien aprecia profundamente—, no puede evitar que su mente vuele hacia su hijo Toño. Manuel, lleno de confianza o quizás de ingenuidad, le ha entregado una gran suma de dinero para la compra de maquinaria en Puebla de Tera. Pero Simona, conocedora de las debilidades de su hijo y del peso de su pasado, teme que esta oportunidad de redención se transforme en una nueva caída.
“¿Y si no regresa, Candela?”, pregunta con angustia. El dinero es una tentación peligrosa para Toño, un veneno que ya ha probado. Mientras Candela intenta calmarla, prometiéndole esperanza, Simona no puede silenciar su temor: teme perder a su hijo, a la confianza de Manuel, y a sí misma si las cosas salen mal.
En otro rincón del palacio, el drama no da tregua. Martina y Jacobo, envueltos en un compromiso por conveniencia más que por amor, enfrentan su propia tormenta. Jacobo, herido y celoso, revela haber visto a Martina abrazando a Curro. Un gesto que para ella fue consuelo, para él fue traición. El padre Samuel, otra vez convertido en confesor de los conflictos del palacio, intenta mediar, pero el daño ya está hecho.
Por su parte, Eugenia lucha contra las manipulaciones de Lorenzo mientras su hijo Curro comienza a sospechar la verdad. La tensión aumenta cuando Eugenia se plantea la pregunta que podría romper su mundo: ¿y si Lorenzo es un asesino?
Y mientras todo esto sucede en la superficie, en las profundidades del palacio, Pía continúa desenterrando secretos. Su curiosidad puede costarle más de lo que imagina, pues en La Promesa, los muros no solo guardan historias… también ocultan peligros.
El capítulo 590 promete emociones intensas, decisiones irreversibles y giros que mantendrán a los espectadores al borde del abismo. Entre besos prohibidos, bodas en secreto y traiciones a la vuelta de cada esquina, La Promesa se prepara para cambiarlo todo.
¿Podrá María esconder lo que siente por Samuel ahora que Petra lo ha visto todo? ¿Hasta cuándo podrá mantenerse el secreto de Catalina y Adriano? ¿Volverá Toño con el dinero o solo quedará el eco de una esperanza rota? Las respuestas se desvelarán en un episodio donde el amor desafía las normas, el pasado amenaza con volver, y una sola mirada puede desatar el caos.