En La Promesa, los muros del palacio encierran secretos que empiezan a desmoronarse, y uno de los más oscuros parece estar relacionado con la muerte de Jana Expósito. En los próximos capítulos, la historia se sumerge en el lado más turbio del Capitán Lorenzo de la Mata y su misteriosa conexión con Rufino de la Merced, un experto en venenos cuya implicación podría cambiarlo todo.
Todo comienza con una escena explosiva: Jana, valiente y sin filtro, se enfrenta a Lorenzo de la Mata. Le lanza verdades como cuchillos, llamándolo cobarde, manipulador y falso militar que nunca pisó un campo de batalla. Esta confrontación es más que una discusión; es el clímax de una tensión acumulada durante meses. Jana no se guarda nada, le recrimina su abuso de poder y su desprecio de clase, su forma de imponer autoridad sobre Curro y los más débiles. Sus palabras lo hieren más de lo que aparenta, y esto podría haber desencadenado la tragedia que está por descubrirse.
La investigación sobre la muerte de Jana da un giro radical cuando Pía Adarre y Curro exhuman su cadáver y descubren señales evidentes de envenenamiento: piel azulada, uñas y lengua de un color que revela exposición a cianuro. Pía, decidida a llegar al fondo del asunto, contacta con Rufino de la Merced, un toxicólogo de Villalquino que curiosamente ha estado presente varias veces en Luján… ¿por coincidencia o por encargo?
Durante su encuentro, Pía finge ser asistente de una notaría para evitar levantar sospechas, pero Rufino, sagaz, percibe que hay algo más detrás de su historia. Aun así, confirma que los síntomas descritos indican envenenamiento por cianuro. Lo que Pía no espera es que este hombre no sólo sepa del tema, sino que podría estar involucrado mucho más de lo que aparenta.
La bomba estalla cuando Curro intercepta una carta enviada por Rufino… dirigida nada menos que al Capitán Lorenzo de la Mata. La conexión entre estos dos hombres queda en evidencia. ¿Por qué un experto en venenos escribiría al militar más cuestionado de la casa? ¿Qué tienen en común? ¿Y qué tenían en contra de Jana?
La carta, que Curro entregará a Pía, promete ser una de las claves del misterio. Si Lorenzo y Rufino estaban confabulados, ¿fue el capitán quien encargó el asesinato de Jana tras no conseguir eliminarla con un disparo? Todo apunta a que Jana había reconocido al autor del disparo, y si sobrevivía, lo denunciaría. Así que alguien decidió terminar el trabajo… con veneno.
Mientras tanto, Lorenzo actúa como si nada. En plena crisis del palacio, con la marquesa en prisión y la familia desmoronándose, él organiza una fastuosa fiesta de cumpleaños, demostrando una vez más su frivolidad, su ego y su falta de empatía. Pero Curro no se lo permitirá: planea boicotear la celebración, decidido a desenmascarar al capitán y honrar la memoria de su hermana.
La tensión va en aumento. La carta es sólo la primera pieza del rompecabezas. ¿Qué dice Rufino en esa misiva? ¿Confiesa, advierte, amenaza? ¿Habla del veneno, de Jana, o de algo aún más oscuro? Los próximos episodios de La Promesa se adentran en un terreno cada vez más peligroso, donde los aliados son escasos y las traiciones, frecuentes.
No es casualidad que los guionistas traigan a Rufino en este momento. Su presencia en Luján no sólo confirma el envenenamiento, sino que abre la puerta a una red de corrupción, manipulación y asesinato, posiblemente orquestada desde dentro del palacio.
Los espectadores deberán estar atentos: los indicios apuntan a Lorenzo de la Mata como uno de los autores intelectuales de la muerte de Jana, pero no es el único que podría tener motivos. Se avecina una cadena de revelaciones que sacudirán los cimientos de La Promesa.
Con Rufino metido de lleno en la historia, la verdad está más cerca… pero también el peligro. ¿Podrán Pía y Curro llegar al fondo de todo antes de que alguien más pague con su vida? ¿Quién más sabía del plan? ¿Cuánto tiempo más podrá mantener Lorenzo su fachada?
Esta semana, de lunes a viernes, no te pierdas ningún capítulo. La guerra silenciosa en el palacio está por explotar. Y recuerda: en La Promesa, los villanos no siempre llevan capa, y los héroes a veces no sobreviven para contarlo…