En La Promesa, los secretos y las manipulaciones alcanzan un punto crítico. Jana y Curro están cada vez más cerca de descubrir la verdad sobre la muerte de Dolores, pero su búsqueda los coloca en un peligro inminente. Cruz y Leocadia, maestras en el arte de la manipulación, harán todo lo posible por controlar la situación y evitar que la verdad salga a la luz.

Adriano descubre un secreto que lo cambia todo

Mientras tanto, Adriano hace un impactante descubrimiento. Sin querer, escucha una conversación entre Samuel y María Fernández y se queda helado por lo que oye. Siempre supo que Catalina estaba embarazada, pero nunca imaginó que él era el verdadero padre de esos bebés.

Su primera reacción es de conmoción y furia. Catalina le ocultó algo tan importante, lo traicionó al hacerlo creer que no tenía ninguna relación con sus hijos. Sin embargo, Adriano se contiene, consciente de que una reacción impulsiva podría delatar lo que ha descubierto. En lugar de enfrentar directamente a Catalina, decide esperar, analizar y encontrar el momento perfecto para actuar. Ahora sabe que tiene una nueva motivación para quedarse en La Promesa: sus hijos son suyos, y no piensa renunciar a ellos.

Jana confronta a Leocadia, pero Cruz aprovecha la situación

Decidida a descubrir quién mató realmente a su madre, Jana enfrenta a Leocadia, repitiendo las acusaciones que Cruz lanzó contra ella. Sin embargo, la reacción de Leocadia la deja en duda. Por un momento, su rostro revela sorpresa y miedo, pero rápidamente se recompone y niega todo con frialdad.

Leocadia asegura que Cruz está manipulando la situación para culpar a otros y ocultar sus propios pecados. Según ella, Cruz nunca dice la verdad si no le conviene, y esta vez no es la excepción. Jana queda atrapada entre dos versiones contradictorias: si cree a Cruz, Leocadia es la asesina, pero si confía en Leocadia, entonces Cruz está jugando un juego mucho más peligroso.

Curro, quien ha sido testigo de toda la confrontación, se da cuenta de que la verdad está más oculta de lo que imaginaban. Sabe que Cruz nunca hace nada sin un motivo oculto y que si está inculpando a Leocadia, podría ser simplemente una distracción para desviar la atención de sus propios crímenes.

Curro se enfrenta a Cruz: la verdad está a punto de estallar

Después de tanto silencio, Curro decide que ha llegado el momento de actuar. Se enfrenta directamente a Cruz, mirándola con furia y determinación.

“Sé la verdad. Sé que planeaste la muerte de mi madre.”

Por primera vez, Cruz se siente realmente acorralada. Sin embargo, no es una mujer que se deja vencer fácilmente. Sabe que Curro ya no es el niño manipulable que solía ser, por lo que cambia de estrategia: finge ceder y le promete que no lo obligará a casarse contra su voluntad.

Curro no sabe si creerle. Cruz nunca actúa sin una segunda intención, y algo le dice que esta es solo una nueva trampa.

Los rumores crecen: Santos manipula a todos para su propio beneficio

Mientras tanto, Pía enfrenta un problema aún mayor. Santos, cada vez más despiadado, ha conseguido un aliado inesperado y está dispuesto a hundirla completamente. Su objetivo es claro: hacerla caer y arrastrar a Ricardo y Ana con ella.

En el palacio, los criados comienzan a hablar. Los rumores sobre un supuesto romance secreto entre Ana y Ricardo se extienden rápidamente. Petra arde de celos, mientras que Pía se siente más aislada que nunca. Santos está moviendo sus piezas con una precisión aterradora.

Ricardo, al enterarse de lo que sucede, comprende que si no detiene a Santos ahora, el daño será irreparable. No solo debe limpiar su nombre, sino también proteger a Ana antes de que sea demasiado tarde.