El próximo lunes 9 de junio se emitirá el capítulo 612 de La Promesa, y las tensiones entre los personajes centrales seguirán creciendo, generando nuevas alianzas, rivalidades y misterios que amenazan con alterar por completo la vida en el palacio.
Uno de los principales focos de conflicto es la relación entre Curro y Lisandro. El joven ha tenido un gesto de insolencia hacia este último, lo que no pasa desapercibido para Alonso. Firme en su papel como cabeza de familia y defensor de la diplomacia, Alonso ordena a su hijo que se disculpe con don Lisandro para salvar las apariencias. Curro acata la instrucción, pero lo hace con evidente desgana, incapaz de ocultar su resentimiento. No siente que la disculpa sea justa ni necesaria, y considera que su padre lo ha expuesto innecesariamente a una situación humillante. Esta tensión deja al descubierto la distancia emocional que separa a padre e hijo, y los conflictos generacionales que siguen latentes.
Mientras tanto, la figura de Leocadia empieza a generar serias dudas dentro de la familia Luján. La hija de Alonso —presumiblemente Catalina— comienza a observar con atención el comportamiento de Leocadia, quien se comporta como si fuera la dueña absoluta de La Promesa. Su forma de imponerse, su tono autoritario y su necesidad de controlar todo lo que ocurre en el hogar siembran una profunda desconfianza en la joven. Esta creciente sospecha podría convertirse en un nuevo frente de confrontación dentro del núcleo familiar.
Paralelamente, Manuel toma una decisión noble y desinteresada. Saldando la deuda que venía asfixiando a Toño, intenta darle una oportunidad para rehacer su vida y reconectar con su familia. Sin embargo, Toño se muestra completamente pesimista. Cree que ya no tiene nada que ofrecerle a su esposa e hijos y rechaza la idea de volver a intentarlo. Esta actitud resignada revela un pasado lleno de fracasos y heridas abiertas que aún no han cicatrizado.
En otro frente, Adriano regresa a La Promesa después del dramático incidente que vivió durante el bautizo. Aunque su estado de salud ha mejorado, aún se encuentra débil y emocionalmente afectado. Busca tranquilidad, reposo y un poco de estabilidad tras el violento episodio. Sin embargo, el ambiente en el palacio está lejos de ser apacible.
Leocadia, al enterarse de que Catalina y Martina decidieron despedir a Petra sin consultarle, reacciona con dureza. Se siente excluida de una decisión que considera fundamental para la organización de la casa y enfrenta a las jóvenes con firmeza. Su reacción evidencia su deseo de mantener el control y reafirmar su autoridad ante cualquier acción que pueda debilitar su posición. La tensión entre las tres crece, y las diferencias ideológicas y de poder entre generaciones se hacen cada vez más visibles.
Al mismo tiempo, en los rincones más ocultos del palacio, un nuevo misterio comienza a gestarse. Ricardo, uno de los empleados, encuentra una pulsera con esmeraldas que despierta la curiosidad de Rómulo. El mayordomo, que conoce mejor que nadie los secretos que pueden esconderse entre las paredes de La Promesa, le pide a Ricardo que investigue la procedencia de la joya. Cree que ese objeto podría estar relacionado con algún secreto importante que, de salir a la luz, podría cambiar muchas cosas.
Ricardo interroga discretamente al personal del servicio, pero no consigue ninguna información útil. Nadie parece saber nada, lo que alimenta las sospechas y hace crecer el misterio en torno a la valiosa pieza. ¿Quién la perdió? ¿A quién pertenecía? ¿Y qué puede revelar sobre los lazos ocultos o los crímenes encubiertos del pasado?
Por otro lado, Curro continúa sumido en una profunda tristeza tras la reciente muerte de su madre. El dolor lo paraliza, le impide concentrarse o realizar sus labores. Sin embargo, Rómulo, fiel a su rol como mediador entre el servicio y la nobleza, le recuerda que el marqués ha sido claro: todos deben cumplir con su deber, incluso en los momentos más difíciles. Rómulo no se muestra insensible, pero deja en claro que el funcionamiento del palacio no puede detenerse, ni siquiera por una tragedia personal.
Este episodio de La Promesa promete un cóctel de emociones: la confrontación directa entre generaciones, la lucha por el poder doméstico, la frustración y el dolor de quienes han perdido, y el surgimiento de un nuevo y potencialmente explosivo misterio.
El regreso de Adriano, la actitud de Leocadia, la resistencia de Catalina, y los secretos que aún se esconden tras las joyas encontradas convierten al capítulo 612 en una entrega cargada de giros dramáticos, ideal para quienes disfrutan de las intrigas familiares y los dramas bien construidos.