Los próximos capítulos de La Promesa estarán marcados por la intriga, el amor y revelaciones que lo cambiarán todo. La tensión alcanza su punto máximo cuando el sargento Burdina acusa formalmente a Cruz de haber intentado asesinar a Jana. Mientras la marquesa proclama su inocencia con desesperación, el resto del palacio parece haberla condenado ya, salvo Alonso y Lorenzo, quienes luchan por defenderla hasta que nuevas pruebas ponen el caso en una encrucijada.
La frágil recuperación de Jana genera una leve esperanza. Si despierta por completo, podría confirmar la verdad y salvar a Cruz. Sin embargo, la sombra del peligro sigue acechando y la incertidumbre se intensifica. Mientras tanto, surgen nuevas sospechas sobre Petra, cuyo comportamiento despiadado genera tensión entre los sirvientes. Las relaciones amorosas también se ven afectadas por la situación, con Curro y Ángela cada vez más cerca y María Fernández y Samuel luchando contra sus propios sentimientos.
Pero es Curro quien se ve más afectado por la tragedia. La salud de Jana se agrava, y su única misión se convierte en encontrar al verdadero culpable. ¿Es Cruz realmente la responsable, o alguien ha elaborado un plan perfecto para incriminarla? Las pruebas en su contra parecen irrefutables, y su destino pende de un hilo.
La mansión se sumerge en un ambiente de tensión insoportable. Jana sigue luchando entre la vida y la muerte, mientras que Burdina, decidido a resolver el caso, ordena el arresto de Cruz. Alonso, desgarrado por la duda y el amor que aún siente por su esposa, se enfrenta a la realidad: las pruebas apuntan a ella. Manuel, devastado al enterarse de la acusación contra su madre, se niega a creerlo. “No puede ser cierto”, insiste, pero Alonso le deja claro que la justicia debe prevalecer, incluso si eso significa condenar a Cruz.
En el servicio, la tensión crece cuando Alonso endurece las normas, prohibiendo a los empleados abandonar la mansión sin permiso. Petra, furiosa, se muestra más agresiva que nunca, despertando aún más sospechas sobre su implicación. Santos, cansado de su actitud, la enfrenta directamente: “Sabes perfectamente que muchas desgracias en esta casa llevan tu firma.” Petra, sorprendida, intenta defenderse, pero algo en la mirada de Santos la hace retroceder con miedo.
Mientras tanto, en la habitación donde Jana yace inconsciente, Curro permanece a su lado, susurrándole una promesa de venganza. Y entonces, ocurre lo inesperado: los dedos de Jana se mueven, su respiración cambia y parece estar a punto de despertar. Curro, con el corazón acelerado, se acerca: “Jana, ¿puedes oírme?” Pero la joven aún no puede hablar.
El dilema es claro: ¿seguir adelante con la acusación contra Cruz o esperar a que Jana revele la verdad? Burdina, convencido de su culpabilidad, sigue reuniendo pruebas, pero una pregunta persiste en el aire: ¿es realmente la marquesa la responsable, o alguien más ha tejido una red de mentiras para destruirla?
Con el reloj en contra y Jana aún en peligro, solo queda una incógnita: si sobrevive, ¿logrará contar la verdad antes de que sea demasiado tarde?