El destino de Cruz pende de un hilo, y la familia Luján se encuentra contra las cuerdas. Si no logran encontrar un abogado de renombre, el juicio en su contra podría tomar un giro irreversible, con consecuencias devastadoras. El eco de la justicia resuena en los pasillos del palacio, mientras sus enemigos acechan con la esperanza de verla caer.
Pero no es el único drama que sacude La Promesa. El día amanece con rumores sobre la inminente partida de Manuel. Desde hace tiempo, el joven soñaba con escapar de las rígidas normas impuestas por su familia y encontrar su propio destino en Italia. Ni siquiera su padre, Alonso, ha logrado convencerlo de quedarse. Sin embargo, su deseo de marcharse no solo es una búsqueda de libertad, sino también una huida de la culpa que lo atormenta. No supo defender a Curro cuando más lo necesitaba, y esa herida sigue abierta en su corazón.
La situación de Curro se torna aún más trágica. Obligado a partir por presiones de la casa real, su exilio es visto por algunos como una medida extrema. Mientras en el servicio se lamenta su partida, Alonso muestra una frialdad que deja perplejos a muchos. Curro, que siempre encontró refugio en la cocina y la calidez de los sirvientes, se despide con la promesa de regresar cuando el viento sople a su favor. Su ausencia no solo deja un vacío en el palacio, sino que despierta resentimientos y fracturas familiares irreparables.
Entre los más afectados por la marcha de Curro está Ángela. Al descubrir que su propia madre conocía la orden de destierro desde el principio, su confianza en ella se derrumba. En un mar de lágrimas y desconsuelo, se encierra en una habitación para llorar su dolor en soledad. Su silencio se convierte en un reflejo de la traición que siente, una herida que no cicatrizará fácilmente.
Pero el drama no termina ahí. Catalina, en medio de la tensión y el estrés, sufre un colapso repentino en los pasillos del palacio. El agotamiento la vence y cae desmayada. Los médicos advierten que su estado es delicado y necesita reposo, lo que la obliga a delegar muchas de sus responsabilidades. En su ausencia, Martina, la hermana menor, da un paso al frente y asume un papel inesperado en las negociaciones con los arrendatarios de las tierras familiares. Su actitud sorprende a todos, demostrando una madurez que pocos conocían en ella.
Mientras tanto, Alonso toma una decisión drástica: vender el Palacio de Cádiz. Para él, es el momento de soltar lastre y enfrentar la realidad económica de la familia. Pero para Leocadia, esta noticia es un golpe demoledor. Ese palacio siempre fue parte de su visión de poder y legado, y hará lo imposible por impedir la venta.
Sin embargo, el mayor peligro recae sobre Cruz. El juez ha aceptado el proceso en su contra, y la amenaza de una condena letal es más real que nunca. La posibilidad de que termine enfrentando la pena máxima provoca revuelo en el palacio. Mientras algunos se horrorizan ante tal escenario, otros murmuran en las sombras, esperando su caída definitiva.
En medio de este torbellino de caos, Leocadia aprovecha la ausencia de Cruz para asumir el control. Su ambición no conoce límites y empieza a mover los hilos dentro del palacio, imponiendo su autoridad y generando tensiones con el servicio. Petra, fiel a su carácter, no duda en enfrentarse a ella, pero Leocadia no cede. La lucha por el poder en La Promesa está más encarnizada que nunca.
Con cada día que pasa, el destino de Cruz parece estar más sellado. ¿Logrará la familia encontrar una salida antes de que sea demasiado tarde? ¿Podrá Manuel escapar de su propia culpa? ¿Y hasta dónde está dispuesta a llegar Leocadia para consolidar su reinado en el palacio?
Los próximos episodios de La Promesa prometen más traiciones, decisiones fatídicas y un destino incierto para todos. ¡No te lo pierdas!
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El destino de Cruz pende de un hilo, y la familia Luján se encuentra contra las cuerdas. Si no logran encontrar un abogado de renombre, el juicio en su contra podría tomar un giro irreversible, con consecuencias devastadoras. El eco de la justicia resuena en los pasillos del palacio, mientras sus enemigos acechan con la esperanza de verla caer.
Pero no es el único drama que sacude La Promesa. El día amanece con rumores sobre la inminente partida de Manuel. Desde hace tiempo, el joven soñaba con escapar de las rígidas normas impuestas por su familia y encontrar su propio destino en Italia. Ni siquiera su padre, Alonso, ha logrado convencerlo de quedarse. Sin embargo, su deseo de marcharse no solo es una búsqueda de libertad, sino también una huida de la culpa que lo atormenta. No supo defender a Curro cuando más lo necesitaba, y esa herida sigue abierta en su corazón.
La situación de Curro se torna aún más trágica. Obligado a partir por presiones de la casa real, su exilio es visto por algunos como una medida extrema. Mientras en el servicio se lamenta su partida, Alonso muestra una frialdad que deja perplejos a muchos. Curro, que siempre encontró refugio en la cocina y la calidez de los sirvientes, se despide con la promesa de regresar cuando el viento sople a su favor. Su ausencia no solo deja un vacío en el palacio, sino que despierta resentimientos y fracturas familiares irreparables.
Entre los más afectados por la marcha de Curro está Ángela. Al descubrir que su propia madre conocía la orden de destierro desde el principio, su confianza en ella se derrumba. En un mar de lágrimas y desconsuelo, se encierra en una habitación para llorar su dolor en soledad. Su silencio se convierte en un reflejo de la traición que siente, una herida que no cicatrizará fácilmente.
Pero el drama no termina ahí. Catalina, en medio de la tensión y el estrés, sufre un colapso repentino en los pasillos del palacio. El agotamiento la vence y cae desmayada. Los médicos advierten que su estado es delicado y necesita reposo, lo que la obliga a delegar muchas de sus responsabilidades. En su ausencia, Martina, la hermana menor, da un paso al frente y asume un papel inesperado en las negociaciones con los arrendatarios de las tierras familiares. Su actitud sorprende a todos, demostrando una madurez que pocos conocían en ella.
Mientras tanto, Alonso toma una decisión drástica: vender el Palacio de Cádiz. Para él, es el momento de soltar lastre y enfrentar la realidad económica de la familia. Pero para Leocadia, esta noticia es un golpe demoledor. Ese palacio siempre fue parte de su visión de poder y legado, y hará lo imposible por impedir la venta.
Sin embargo, el mayor peligro recae sobre Cruz. El juez ha aceptado el proceso en su contra, y la amenaza de una condena letal es más real que nunca. La posibilidad de que termine enfrentando la pena máxima provoca revuelo en el palacio. Mientras algunos se horrorizan ante tal escenario, otros murmuran en las sombras, esperando su caída definitiva.
En medio de este torbellino de caos, Leocadia aprovecha la ausencia de Cruz para asumir el control. Su ambición no conoce límites y empieza a mover los hilos dentro del palacio, imponiendo su autoridad y generando tensiones con el servicio. Petra, fiel a su carácter, no duda en enfrentarse a ella, pero Leocadia no cede. La lucha por el poder en La Promesa está más encarnizada que nunca.
Con cada día que pasa, el destino de Cruz parece estar más sellado. ¿Logrará la familia encontrar una salida antes de que sea demasiado tarde? ¿Podrá Manuel escapar de su propia culpa? ¿Y hasta dónde está dispuesta a llegar Leocadia para consolidar su reinado en el palacio?
Los próximos episodios de La Promesa prometen más traiciones, decisiones fatídicas y un destino incierto para todos. ¡No te lo pierdas!