El misterio en La Promesa alcanza su punto más álgido cuando el sargento Burdina revela la verdad detrás del atentado contra Hanna. Con pruebas en mano y una determinación inquebrantable, el oficial se enfrenta a la familia Luján, desatando una tormenta de emociones que cambiará el destino de todos.
Manuel, entre el dolor y la rabia
Tras el brutal ataque que dejó a Hanna al borde de la muerte, Manuel está devastado. Su esposa se encuentra en una situación crítica, y lo peor de todo, su hijo no ha sobrevivido. A medida que la desesperación se apodera de él, su tristeza se transforma en una ira feroz. No descansará hasta encontrar al culpable.
El sargento Burdina promete hacer justicia y se sumerge en la investigación, interrogando a todos los habitantes de La Promesa. Las pistas comienzan a encajar y, finalmente, descubre la verdad. Pero el responsable resulta ser alguien que nadie esperaba.
Una acusación que sacude a la familia
Cuando Burdina llega al palacio con la verdad en sus manos, el ambiente es tenso. Todos los ojos están sobre él, esperando su veredicto. Con una mirada severa, el sargento da la orden que impacta a todos:
“Quiero que Cruz, Leocadia y Lorenzo se pongan de pie.”
El silencio es sepulcral. La marquesa Cruz intenta mantener la compostura, pero su inquietud es evidente. Leocadia evita el contacto visual, mientras que Lorenzo se muestra desafiante, burlándose de la acusación. Sin embargo, Burdina no se deja intimidar.
“Las pruebas son claras,” declara el sargento con voz firme. “Uno de ustedes no solo participó en el crimen, sino que fue quien apretó el gatillo.”
Todos en la sala contienen la respiración. Los ojos de Manuel están llenos de rabia y angustia. Y entonces, Burdina señala directamente a una persona:
“Usted fue la responsable del disparo… Doña Cruz.”
El fin de la marquesa Cruz: ¿Sin salida?
El impacto de la revelación sacude los cimientos de La Promesa. Cruz abre los ojos con horror, dando un paso atrás. Alonso, su esposo, palidece al escuchar las palabras del sargento, incapaz de procesar lo que acaba de ocurrir.
“¡Esto es un error!” grita Cruz, tratando de aferrarse a su poder. “Yo nunca haría algo así.”
Pero las pruebas dicen lo contrario. Burdina levanta las esposas y avanza hacia ella con determinación. Cruz busca ayuda en Lorenzo y Leocadia, pero esta vez está sola.
Alonso, destrozado, no sabe qué creer. Manuel, con los puños apretados y la mirada llena de furia, solo tiene una cosa en mente: venganza.
¿Es este el fin de la marquesa?
Con su reputación destruida y la justicia en su contra, Cruz Luján está al borde del abismo. ¿Intentará luchar contra su destino o finalmente enfrentará las consecuencias de sus actos?