En el próximo capítulo de La Promesa, los muros del palacio volverán a temblar… porque la marquesa Cruz Izquierdo está de regreso. Tras meses en prisión, silenciada por acusaciones injustas, una nueva línea de investigación liderada por Curro y Pía logrará lo imposible: probar que Cruz es inocente del atentado contra Hann. La evidencia presentada ante el sargento Burdina revela que la muerte de Hann no fue un accidente, ni tampoco consecuencia directa del disparo, sino un sabotaje clínico, cuidadosamente planeado.

Cuando la verdad sale a la luz, Burdina no tiene más opción que liberar a Cruz, y lo hace con discreción… pero la marquesa no planea su regreso en silencio.

Vestida con elegancia sobria y mirada desafiante, Cruz cruza las puertas del palacio como una tempestad que nadie esperaba. Los criados enmudecen, los pasillos se detienen, y el eco de sus pasos impone respeto. Nadie se atreve a hablar… hasta que aparece Leocadia, quien queda paralizada al ver a su mayor rival viva, libre y decidida a recuperar lo que es suyo.

Leocadia intenta tomar control de la situación, exige que Cruz se marche, pero esta vez la marquesa no se contiene: la confronta públicamente, desvela que tiene pruebas de que Leocadia manipuló sueros, sobornó personal médico y utilizó a Petra para fingir complicidad. El golpe final: los registros del Dr. Gamarra, que confirman la implicación de Leocadia en la muerte de Hann.

Alonso, avisado por Simona, baja las escaleras justo cuando Cruz le entrega a Burdina la carpeta con toda la evidencia. El marqués, pálido, escucha en silencio. Cuando Cruz le dice: “He vuelto, libre y absuelta, y vengo a decirte la verdad”, Leocadia intenta interrumpir, pero es demasiado tarde.

El sargento Burdina lo confirma ante todos:
“La señora Cruz ha sido oficialmente exonerada. Se abrirá una nueva causa contra la señora Leocadia Molina.”

El escándalo estalla. Petra, desde la escalera, deja caer el paño que lleva en las manos. Su rostro se torna blanco. Leocadia busca apoyo en Alonso, pero este ya ha entendido la magnitud de la traición.
“Estuve a punto de darte mi nombre… mi casa,” le dice con voz contenida. “Y tú estabas dispuesta a destruirlo todo.”

Petra intenta marcharse, pero es interceptada por Burdina. En medio del desconcierto, Cruz se impone con la dignidad de quien ha sido humillada… pero no vencida.
“Esta casa tiene un linaje y será restaurado,” afirma con firmeza. Y mirando directamente a Leocadia, añade:
“Ahora cada uno cosechará lo que ha sembrado.”

La escena termina con Leocadia siendo escoltada por los guardias, Petra en estado de shock, y Cruz caminando lentamente por el palacio. Uno a uno, los criados inclinan la cabeza en señal de respeto.
La marquesa ha vuelto… y nadie volverá a subestimarla.

🫶 El regreso de Cruz no es solo una victoria personal… es una declaración de guerra. ¿Podrá restaurar el orden en el palacio? ¿O las sombras de Leocadia seguirán acechando?