En el próximo episodio de Sueños de Libertad, la tensión emocional entre María y Andrés alcanza un punto crítico, y todo comienza con una escena que revela más de lo que parece: Andrés ha tenido un sueño en el que le pedía perdón a Begoña. Aunque no recuerda con claridad el contenido del sueño, intuye que se debe a su falta de empatía con ella cuando intentó justificar a su agresor.
Pero no es el sueño lo que más afecta, sino la reacción de María, que no puede soportar seguir escuchando a Andrés hablar de Begoña, ni siquiera en sueños, mientras ella permanece confinada, física y emocionalmente, a esa habitación. La impotencia se convierte en rabia contenida, y María, profundamente herida, le dice con claridad que esto no funciona. No puede seguir fingiendo que todo va bien mientras el corazón de Andrés sigue atado a otra mujer.
Andrés, visiblemente afectado, intenta calmarla. Le recuerda que ha sido honesto desde el principio: quiere estar con ella, cuidarla y apoyarla. Pero también admite que no ha conseguido dejar de sentir algo por Begoña. María, sin embargo, ya no puede aceptar excusas. Para ella, esa sinceridad ya no es suficiente. Necesita algo más que promesas. Necesita certezas.
La conversación se vuelve cada vez más dolorosa. María lo confronta con una cruda verdad: lo único que le queda a Andrés es resignarse a olvidar a Begoña con el paso del tiempo. Una posibilidad que, aunque él dice estar dispuesto a intentar, suena más a esperanza desesperada que a convicción real.
Esta escena marca una fractura emocional evidente entre ambos personajes. Mientras María exige una relación plena, sin sombras del pasado, Andrés sigue atrapado en sentimientos no resueltos. El amor que alguna vez intentaron construir juntos parece desmoronarse entre silencios y reproches.
La pregunta que queda flotando en el aire es tan clara como devastadora:
¿Puede sobrevivir una relación cuando uno de los dos sigue amando a otra persona?
La respuesta, por ahora, es incierta… pero el tiempo —y los próximos capítulos— lo dirán.