En un episodio cargado de tensión, Begoña se ve envuelta en una situación comprometedora cuando el sargento Potón llega a buscarla para interrogarla sobre la muerte de su esposo, Jesús de la Reina. Lo que comienza como una jornada tranquila, conversando con Angelina sobre la recuperación de esta última y la integración del pequeño Teo en la familia, termina con una inesperada visita que cambia el rumbo del día.
Después de comentar con ternura cómo Teo se está adaptando a su nueva vida –aunque con algunas dificultades entre él y Gema, quien aún lucha por conectar emocionalmente con su hijo–, Begoña se dispone a tomarse un café en un momento de aparente calma. Pero entonces irrumpe el sargento, quien solicita hablar con ella en privado.
Con tono serio y directo, el agente le plantea la posibilidad de mantener una conversación informal o, si prefiere, llamarla a declarar oficialmente. El tema: una supuesta reunión entre Begoña y Jesús la noche en que él murió, algo que no fue mencionado en su declaración anterior.
El sargento le comunica que han recibido una llamada anónima de un testigo que afirma haber visto a Begoña reunida con Jesús en su despacho la noche de su fallecimiento. Si eso se confirma, significaría que ella mintió en su testimonio inicial, lo cual la pondría directamente bajo sospecha.
Begoña, visiblemente sorprendida pero tratando de mantener la compostura, exige saber quién está detrás de esa acusación. El sargento no revela la fuente y le recuerda que él es quien hace las preguntas. Así termina la escena, dejando en el aire una pregunta crucial:
¿Está Begoña ocultando algo sobre aquella fatídica noche, o alguien quiere incriminarla injustamente?
Con esta nueva pista, el caso de la muerte de Jesús da un giro inesperado… y todo apunta a que las mentiras están empezando a salir a la luz.